10 cosas que tienes que saber sobre Fortnite, el videojuego de moda entre adolescentes
Cada cierto tiempo llega un videojuego que ‘lo peta’. Aparece, se extiende y conquista las mentes y los pulgares de jugadores de todo el mundo. El último en conseguirlo es Fortnite: Battle Royale, de Epic Games. Si tienes iKids en casa –sobre todo chicos, aunque alguna chica también juega-, has oído hablar de Fortnite. Seguro. Porque tu iKid juega o porque está rodeado de gente que juega…
Así que hoy repaso 10 cosas que debes saber sobre Fortnite, para estar al día y ser… bueno, un gurú doméstico en la educación de los iKids gamers 😉
1.-Popularidad: es un fenómeno global. Según las últimas cifras aportadas por la empresa SuperData, el juego ha generado ganancias por valor de 223 millones de dólares solo en el mes de marzo (un +70% respecto a febrero!). Y ahora, ya, en mayo, estrena nuevas temáticas e incorpora cambios para seguir atrayendo jugadores.
2.- Dispositivo: el juego funciona en consolas, ordenador o móvil.
3.- Objetivo del juego: Fortnite es una mezcla entre Minecraft y Los Juegos del Hambre. En el curso del juego, 100 competidores están en una isla y deben conseguir armas y otros recursos, construir estructuras o abatir a sus oponentes para ser el último que quede, el superviviente, el ganador.
4.- Compras: el juego es gratuito en origen, aunque para determinados modos o cambios sí hace falta gastar dinero. En ocasiones los jugadores tienen que pagar para conseguir armas, accesorios, vestimenta (skins) para sus personajes (avatares), para pasar de nivel… Precisamente lo del paso de nivel es algo asociado a coste; ‘pase de batalla’ es un modo del Fortnite que cuesta dinero y que te permite completar retos, acumular puntos y recibir skins.
Lo del pago y la compra debería depender de que le hayas dado permiso -humano y tecnológico- a tu iKid para que pueda hacerlo (cosas mías…).
5.- Jugador único o juego conectado: se puede jugar solo, aunque realmente gusta porque es una experiencia social en la que te alías a otros, en equipos de cuatro. Mi hijo, por ejemplo, se conecta y juega junto a tres de sus amig@s para ir superando pruebas, dándose consejos, compartiendo trucos, guardándose las espaldas… Se puede jugar físicamente juntos en una habitación, hablando por otra vía (tipo Facetime) o con auriculares conectados a la consola.
Si tu iKid siempre juega solo o dice que cuando se conecta nadie le incluye en su equipo, ya sabes con qué conversación empezar.
Y si es tan popular que la pelea es que todo el mundo le quiere en su equipo y eso le estresa, entonces saca esa otra conversación que también te sabes.
A veces les gusta jugar con amigos ‘reales’ y a veces buscan a otros jugadores conectados que tengan ‘talentos’ especialmente necesarios para sobrevivir (son buenos construyendo, por ejemplo). Si tu iKid es muy bueno en Fortnite, alábale, que un piropo es un piropo y le vendrá fenomenal saber que también te enorgullece su talento con un videojuego…
Puedes incluso contarle que una Universidad norteamericana ha anunciado que va a ofrecer una beca económica a jugadores de Fortnite con capacidades destacadas.
O puedes tener en cuenta lo que nos dice la evidencia de varios estudios: los videojuegos de acción contribuyen a desarrollar capacidades espaciales muy útiles en campos como las Matemáticas o la Ingeniería. Así que un rato, de vez en cuando, pues tampoco es para ponerse apocalípticos.
6.- Violencia: Fortnite incluye armas en el juego y no está recomendado para menores de 13. Para sobrevivir tú tienes que acabar con los demás o provocar situaciones en las que ellos caigan pero tú no. Así que de amor no va. Pero eso sí, el diseño del recorrido del juego no muestra sangre ni escenas de esas ‘gore’ ni muertes a cámara lenta deleitándose en la violencia.
Aunque muchos de nosotros nos preocupamos por eso de que los videojuegos generan agresividad en los adolescentes, resulta que gente experta como C. Shawn Green, profesor asociado de Psicología en la Universidad de Wisconsin-Madison y especializado en investigación de videojuegos y su efecto sobre el cerebro, dice que “no existe evidencia REAL sobre el hecho de que alguien que NO tenga tendencias violentas se vuelva REPENTINAMENTE violento después de jugar con un videojuego violento”. Jugar demasiado tiene sus claros inconvenientes, pero un jugador de personalidad estable no tiene por qué perder la noción de lo que está bien… Los iKids están en pleno desarrollo de su personalidad y por eso necesitan que estemos al menos un poco pendientes de qué ven, a qué juegan, cuánto o con quién…
7.- Sobre demasiado uso… Quizá estás pensando en el anuncio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha decidido reconocer el trastorno por videojuego como enfermedad mental, incluyéndolo en su próxima edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11). Pero no nos quedemos en el titular: este trastorno se caracteriza por un patrón de comportamiento de juego «continuo o recurrente» y se vincula tres condiciones negativas provocadas por el mal uso de los juegos digitales: 1) no controlar la conducta de juego en cuanto al inicio, frecuencia, intensidad, duración, finalización y contexto en que se juega; 2) aumento de la prioridad que se otorga a los juegos frente a otros intereses vitales y actividades diarias; y 3) mantenerse la conducta o darse una escalada «a pesar de la ocurrencia de consecuencias negativas».
O quizá estés pensando en cosas como el síndrome de Hikikomori, trastorno en el que alguien se recluye y aísla – con frecuencia hay personas que lo relacionan (no causalmente ni exclusivamente) con uso abusivo de videojuegos-. Yo creo que hay mucho recorrido desde un niño que juega de vez en cuando y que cuando le dices que pare se queja y poco a poco se va superando o no el tema… y un niño que termina encerrado en su cuarto 24 horas al día, siempre jugando y dejando de relacionarse con el mundo. Así que mejor gestionar el inicio de la vida con videojuegos que culpar al videojuego cuando el iKid cumple 16. Aunque a todos nos puede pasar de todo…
8.- Diseñado para enganchar: no somos ingenuos y los videojuegos se diseñan para lo que se diseñan. Fortnite está diseñado para mantener a su audiencia cautivada. Algunos de los ganchos son típicos: imágenes de calidad, sentido del humor, avance rápido del juego… También tiene muy bien desarrollado ese punto de «suerte» que hace que el jugador quiera seguir jugando porque seguro que ‘a la próxima sobrevivo’, porque la última vez ‘me faltó muy poco para conseguirlo’. Cuando los jugadores aprender a sobrevivir en el juego, se sienten atraídos por el conocido como ‘fenómeno near miss’, que significa que en lugar de pensar ‘he perdido’ piensan ‘casi he ganado’, con el consiguiente subidón de adrenalina y las ganas de volver a jugar. Y por supuesto, está el elemento social de la moda. «Como juegan todos, juego yo. Si soy bueno, me querrán en los equipos«.
9.- Trampas, términos de uso, licencia de usuario: Fortnite está tan de moda que los iKids terminan jugando y no siempre entienden las condiciones de uso del juego que utilizan. De hecho, hay una acción legal en curso por la que Epic Games ha demandado a un jugador de 14 años que retransmitió en directo -en su propio canal de YouTube- una de sus partidas, en la que recurría a trampas que había encontrado en Internet. Epic Games denunció el video, YouTube lo retiró, el chico subió un segundo video y creó otro canal de YouTube para subir de nuevo la partida. Epic Games no le denuncia por crear trampas, vender trampas o conducir un foro sobre trampas para el juego, sino por reincidir en la violación de las condiciones de uso y lo que se conoce como EULA (acuerdo de licencia de usuario final). Ante la demanda, la madre del chico envió una carta al Tribunal, señalando que su hijo era menor y por tanto no reconocido legalmente para dar consentimiento a un contrato; ella no le había auorizado a jugar a Fortnite, por los que el EULA no imperaba en el caso. La madre tiene razón hasta cierto punto, porque los menores no pueden firmar contratos (y por eso el EULA de Fortnite pide a los menores que jueguen que lo hagan con la supervisión de su padre o guardián, que son los que consienten a las condiciones de uso). Pero técnicamente hablando, jugar a Fortnite sin estar cubierto por la licencia de uso es de alguna manera una ‘violación’ digital, incluso fraude. Todo esto nos puede sonar ridículo teniendo en cuenta que hay miles de menores que aceptan condiciones de uso sin todo tipo de servicios online sin leerlas y sin pedir consentimiento expreso de los padres, así que al final el mundo de Internet y los niños se mueve dentro de una laguna.
10.- Salud: para terminar, tengamos todos en cuenta que las manos, los codos, los ojos… sufren con muchas horas de consola, móvil u ordenador. Y oye, la salud es lo primero.
Tu papel (si es que quieres tener uno)
Así las cosas, adolescentes de medio mundo están felices de la vida con Fortnite. Muchos profesores se quejan incluso de que los alumnos juegan en clase, en cualquier momento (si tienen un dispositivo a mano). Y muchos padres se quejan de que sus hijos son ‘adictos al Fortnite’.
En mi casa, el problema llega cuando iFirst quiere Fortnite y iLast quiere Minecraft y solo hay una Play y entonces se abren negociaciones diplomáticas nivel Naciones Unidas y entra en juego el chantaje fraternal más intenso que jamás hubiera podido imaginar. Eso sí, tan cruento debate solo se produce en fines de semana y solo si yo no quiero ver algo en la televisión -porque la Play está en el salón-.
En fin: precisamente porque el juego está diseñado para que quieras jugar y precisamente porque los adolescentes no se caracterizan por el auto-control de los impulsos, es probable que tengas que participar en la decisión de cómo limitar los tiempos de juego.
- Puedes centrarte en el momento de juego o y sugerir que Fortnite llegue después del resto de cosas que tu iKid tiene que hacer en una tarde concreta o en un fin de semana (deberes, deporte, tareas de casa, dormir…). O solo sábados y domingos…
- Puedes centrarte en la duración. Si por ejemplo les dejas jugar una partida, que sepas que esa partida podrá durar un minuto y ya le hayan matado o podrá llegar a unos 20-30 (o mucho más si tu iKid es muy bueno sobreviviendo). Si marcas un tiempo concreto, ten en cuenta que puede que ese tiempo se cumpla en un momento en el que su equipo necesita a tu hijo o hija más que nunca. Quizá puedas ser flexible, como lo serías si estuvieras viéndole jugar un partido de baloncesto, tuvieras que volver a casa, pero esperaras a que terminara el partido.
- Puedes centrarte en el formato. Porque Fortnite no es sólo el juego en sí. Como pasa con tantas otras cosas, tus iKids pueden usar pantallas para jugar directamente, pero también para ver videos sobre Fortnite, aprender trucos, seguir hashtags en redes sociales, analizar secuencias grabadas por otros gamers y compartidas en YouTube…
- O, no sé, dile que si es capaz de auto-controlar su tiempo, o si cumple unas u otras normas de las que ya tiene en casa, le regalarás un skin, que son trajes que se pueden comprar dentro del juego para customizar la apariencia de su avatar.
Límites, normas o conversación, con sentido común, como en el resto de las cosas. Y si les oyes hablar de ‘armas legendarias, pisos picados, charca chorreante, polvorín polvoriento, el día que va a caer el meteorito o señorío de la sal’, no pienses que han perdido la cabeza 🙂
Habla. Pregunta a tus hijos por el juego, lo que les gusta y lo que no. Porque, aunque no sea tu prioridad saber cosas sobre Fortnite, seguro que sí te interesa saber por qué encandila a tu descendiente.
Que la fuerza os acompañe…
Besos,
M.
Has abierto un bonito dente con mi hijo.
Gracias por acercarme a Fortnite