10 rasgos de familias saludablemente tecnológicas
«Si ves la tecnología como una herramienta y convives con ella de forma positiva, integrándola como un elemento más de la vida familiar, no tienes por qué temerla…»
- Familias que se guían por valores y principios. Que comparten qué es lo importante -dentro y fuera de una pantalla- y que lo llevan a la práctica. Eso, lógicamente, influye en su actividad online.
- Familias con miembros que son alfabetos digitales. Eso no significa que sepan programar o que trabajen en la industria tecnológica, sino que tienen conocimientos generales sobre la forma en que su familia utiliza la tecnología.
- Familias que marcan normas sobre el uso de la tecnología y que tratan de respetarlas. Se definen expectativas y se identifican límites adecuados a cada iKid y a la familia en general.
- Familias que se comunican. Que se sienten cómodos hablando –no sólo sobre tecnología y que sacan tiempo para intercambiar ideas y opiniones (y preocupaciones).
- Familias que se equivocan y aprenden de los errores. Personas que no pretenden ser perfectas y que intentan ser flexibles. Aunque los actos tienen siempre consecuencias, estas familias fomentan la responsabilidad y la capacidad de adaptación.
- Los adultos de la familia tienen buenos hábitos digitales. Para los padres es prioritario dejar de lado sus móviles o tablets u ordenadores de vez en cuando y hablar cara a cara, conocer a gente y hacer cosas diferentes. Saben que separar la vida personal y la profesional de la tecnología es importante y saben también que lo que hacen es ejemplo para sus hijos.
- Familias que disfrutan la tecnología. Que sacan partido de lo bueno que aporta y que no se conectan sólo para seguir aislados. Se relacionan a través de la tecnología, se informan, aprenden o alimentan su inquietud y curiosidad. Juegan, comparten y experimentan con la tecnología para luego hablar sobre el tema.
- Familias que no temen a lo tecnológico. Que lo ven como una herramienta. Al ser “practicantes” digitales, conocen el entorno y buscan la forma más positiva posible de utilizarlo. Conocen peligros, respetan los límites y saben que la tecnología juega un papel fundamental en el mundo, pero se sienten capaces de manejarla en cierta medida sin ser sometidos por ella.
- Familias que utilizan la tecnología de forma útil y positiva. Para conectarse con familia y amigos, para compartir opiniones o ideas o causas relevantes, para informarse, recibir apoyo o seguir aprendiendo y disfrutando. Utilizan la tecnología para ser más eficaces en casa y en el trabajo.
- Familias que saben vivir más allá de las pantallas. Que no viven esclavos de sus dispositivos y no permiten que sus hijos estén siempre conectados. Personas activas, curiosas y dispuestas a disfrutar de un paseo, un hobby, una comida, una conversación…. La tecnología es parte de sus vidas, pero no es la parte central.
Esta lista está extraída del post Ten Traits of Tech Healthy Families, de Janell B. Hofmann, autora del libro iRules y creadora de un contrato original para establecer normas en el uso de la tecnología por parte de sus hijos. Janell es defensora del concepto Slow Tech, que fomenta la convivencia equilibrada entre lo offline y lo online a la hora de vivir y hacer vida familiar.
¿Difícil? ¿Suena a imposible? Yo creo que no. Es un proceso y como tal, progresivo y con baches. La única manera de conseguir ser este tipo de familia es intentarlo y empezar a créerselo… ¿Nos lanzamos a explorar la ePaternidad? Quizá suena a ingeniería aeroespacial pero, como en todo, por algo hay que empezar…
Bss,
M.