María, 12 de enero, 2018

Polémicas sobre niños ‘enganchados’ al móvil

Seguro que lo has leído o escuchado en los últimos días… Dos accionistas de Apple (Jana Partners y California State Teachers Retirement System) han invitado públicamente a la empresa de la manzana a mejorar cómo dirige sus servicios a los clientes más jóvenes. Consideran que los productos de Apple son responsables de un enorme riesgo para la salud física y mental de los niños. Hace unos días escribieron una carta al Comité Ejecutivo de Apple argumentando que la gran popularidad del iPhone hace que sea responsabilidad de la compañía garantizar que no haya un abuso del dispositivo en cuestión.

Poco después, un antiguo ejecutivo de la empresa, Tony Fadell, compartió esta misma historia en sus redes sociales, afirmó que «la adicción es real» y urgió a la empresa tecnológica a dar un paso para solucionar el problema.

En todo caso, lo que todos ellos piden es, entre otras cosas, que Apple desarrolle software que otorgue a los padres más herramientas para limitar el tiempo que sus hijos utilizan sus teléfonos móviles porque, «no cabe duda de que demasiado uso en unos niños cuyos cerebros están en pleno desarrollo tendrá un impacto seguro, así que el fabricante tiene un papel clave a la hora de ayudar a los padres para que el dispositivo se utilice de forma óptima. (…) El diseño de Apple obliga a los padres a tomar decisiones de seguridad binarias, permitiendo o bloqueando aplicaciones de forma completa. (…) Sería mejor permitir un abordaje más flexible en el que los padres decidan cuánto contenido es accesible en cada app o diseñar notificaciones para recordar a los padres que hablen con sus hijos sobre el uso que hacen de las pantallas«.

No puedo estar más de acuerdo con gran parte de lo que dice la carta. Pero claro, después llega la cobertura mediática, que en todo lo que tiene que ver con menores y tecnología es poco menos que apocalíptica, y los padres nos llevamos las manos a la cabeza porque no sabemos ni por dónde empezar a solucionar el embrollo de educar en el siglo XXI.

Es cierto que los números dicen que hay más episodios de depresión entre los adolescentes (por ejemplo, en este estudio publicado en Pediatrics). Se escribe con frecuencia sobre el riesgo del uso de las redes sociales sobre la salud mental (estudio Computers in Human Behavior o informe #StatusOfMind). Y recientemente ha salido en todas partes que la OMS ha decidido reconocer el trastorno por videojuegos como trastorno mental (especificando que «el patrón de comportamiento debe ser de suficiente gravedad como para causar un deterioro significativo en las áreas de funcionamiento personal, familiar, social, educativo, ocupacional u otras áreas importantes«).

Pero.

¿Los accionistas y el antiguo ejecutivo demandan acción solo a Apple? ¿No a Facebook-YouTube-Instagram-Snapchat & co., que es al final donde están los niños? ¿Ninguna mención a los videojuegos? ¿Ni a las consolas? ¿Ni a los desarrolladores de apps? ¿Ni a los dueños de las plataformas de streaming que reproducen episodio tras episodio sin que el niño (o el adulto) tengan que pulsar los botones del mando? ¿Ni a los buscadores que encuentran de todo? Mmmm, no sé, me huele a ‘manzana podrida’ (no he podido evitar el chascarrillo).

Los problemas de salud mental tal y como se definen ahora -en relación con la tecnología- han crecido en el marco de las redes sociales. Y sí, el dispositivo físico es el que permite que el niño entre en esas redes. Pero, ¿solo el iPhone? ¿Los Android no? ¿Los ordenadores y las tablets tampoco? ¿O es una estrategia de Relaciones Públicas?

Las empresas tecnológicas llevan tiempo inmersas en la corriente de opinión adversa que las critica y responsabiliza por todos los males del uso que hacemos las personas de la tecnología. Ejecutivos de muchas empresas han salido a la palestra a hablar sobre cómo los servicios y productos se diseñan para que al usuario le resulte casi imposible resistir la tentación de seguir haciendo scroll, de pasar al siguiente capítulo, de volver a comprobar el número de likes o subir el enésimo video. Ex-miembros de Facebook han hablado de cómo esta red se diseña para ‘enganchar’ al usuario e incluso han utilizado el termino ‘dopamina‘ para describir el impacto de productos como Facebook o el Apple Watch.

Como respuesta -cuando la hay-, las grandes tecnológicas desarrollan iniciativas para favorecer la educación digital o apoyan proyectos para potenciar la seguridad en Internet de los menores o anuncian su compromiso con contenidos adecuados o presentan productos creados en colaboración con entidades que defienden los intereses de los niños. Pero tendemos a no creer en su buena intención.

De hecho, Apple ha respondido a través de un comunicado en el que dice que sus «productos se diseñan teniendo en cuenta su impacto sobre el usuario final. Nos tomamos esta responsabilidad y el problema de la posible adicción al móvil entre los jóvenes muy en serio. Tenemos funcionalidades al respecto y estamos creando otras nuevas, para que el consumidor final disponga de herramientas robustas«.

Entonces: los padres 

Esta última polémica invita a Apple a que conceda más protagonismo a los padres en las decisiones, lo cual me suena fantástico. Somos los padres los que podemos limitar el tiempo de pantalla, controlar las descargas en sus móviles, pagarles o no los datos o la conexión a Internet, poner filtros o controles, mirarles el teléfono, hablar con ellos sobre el mundo digital… Pero, espera, Apple ya tiene muchas de estas cosas. Tiene cuentas familiares con solicitudes de permiso para descargas. Tiene opción de configurar conexión a Internet en cada dispositivo. Tiene opción de limitar según qué funcionalidades o servicios… El caso es que no todos podemos-sabemos-queremos utilizar estas herramientas. O ni sabemos que existen.

Entonces: ¿los colegios?

De esto no habla la carta. Pero si existieran programas curriculares en los centros educativos para concienciar a los alumnos sobre el uso saludable de la tecnología, también podríamos conseguir mejores resultados. ¿No? En este artículo de Ozy.com se dice que en Estados Unidos es ya una norma que se impartan contenidos sobre Ciudadanía Digital en las escuelas. Aquí…

Entonces: ¿las empresas?

Sí, los productos y servicios de la era digital se diseñan con gran frecuencia para que no podamos evitar usarlos una y otra vez. Sí, las empresas tecnológicas quieren en última instancia ganar dinero. Sí, a través de los dispositivos y las redes e Internet nuestros iKids acceden en ocasiones a contenidos que no deberían consumir. Y también sí, estas empresas en ocasiones inventan cosas que resultan útiles, beneficiosas e incluso estupendas.

Entonces: ¿los iKids?

Sí, los niños crecen de otra manera: tienen una oferta infinita de contenidos pero no tienen las herramientas necesarias para discernir cuánto es demasiado, qué es nocivo, qué es peligroso, qué es irresponsable o incluso ilegal. ¿No habrá entonces que incorporar todo esto del uso de la tecnología al resto de la educación que reciben, en lugar de dejarles que campen a sus anchas? ¿No habrá entonces que asumir que lo que haga el niño tiene que ver no sólo con la tecnología sino también con el niño en cuestión?

Entonces: todos

Que no hay un único culpable. Ni un único problema. Ni todo es malo, malvado, apocalíptico en esto de ser Generación Z y convivir con las pantallas. Que habrá que enseñar a los iKids, poco a poco, lo que significa vivir conectados. Que no podemos erradicar la tecnología de sus vidas. Que no todos los padres y educadores tenemos capacidades-herramientas-tiempo para estar al día sobre todo. Que las empresas no son el único ogro. Que la responsabilidad de que esto funcione de otra manera es de todos.

Fácil no es. Pero, ¿imposible? Quizá lo consigamos, si pasamos de vivir en pánico a entender el problema y aprovechar la oportunidad.

En la manzana venenosa que se comió Blancanieves hay muchas capas. El árbol del que cayó, la bruja que la envenenó, la ingenua de la princesa que cayó en la trampa y ya, según la versión que elijas del cuento, la forma en que Blancanieves volvió a despertar. Pues aquí igual. Apple diseña UN teléfono. Las tiendas lo venden. Los medios lo anuncian. Los padres lo compran. El niño lo usa. Otras empresas lo rellenan de ofertas de contenido. El niño consume ese contenido. Otros regulan ese consumo o ese contenido.

En revertir o minimizar la situación de ‘enganche’ o mal uso global somos responsables todos.

Eso creo yo.

Besos,

M.

PD. Esta entrada no está patrocinada por nadie. No soy lo suficientemente importante para que me pidan defender a una compañía como Apple. Y sí, soy usuaria de productos de esta empresa. Yo soy la usuaria de uno de sus móviles. Yo decido lo que hago con ese móvil. Y, de momento, también decido de qué forma van usando otros de sus dispositivos mis iKids.

2 respuestas a “Polémicas sobre niños ‘enganchados’ al móvil”

  1. Sara M. dice:

    Efectivamente, Apple que yo sepa es de las pocas compañías que tiene la posibilidad de configuración «en familia» (si no la única). También cierto que somos todos. Es como demandar a Sony porque tu hijo está enganchado a la Play. ¿Perdona?

    • María dice:

      Totalmente de acuerdo, Sara. Es que a veces nos encanta que todo sea responsabilidad de otros, y que nos salven de todo… Hay casos y casos, pero en general, con los niños y las pantallas, es cuestión de ponerse las pilas y acompañarles. Gracias por visitar la web y por comentar!

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