Día #YoNoRenuncio #YoConcilio @MalasMadres
Hoy es 19 de octubre y además de ser el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, el Club de las Malas Madres ha elegido este lunes para promover que todos nos planteemos “no renunciar” a nuestra paternidad (si es el perfil vital que hemos elegido) y a nuestra vida familiar. Es el día #YoNoRenuncio, #YoConcilio. Quieren que seamos agentes activos en la búsqueda de la conciliación. Laura Baena, una de las fundadoras de este club de progenitoras que no se engañan y no se juzgan, lo explica muy bien en este post titulado «Si quieres, puedes. Conciliando por la vida».
Bueno, pues la iniciativa se centra en la capacidad y en la libertad que deberíamos tener todos para decidir cuándo formar una familia y cómo hacerla crecer. Sin sentirnos presionados por el trabajo u otras circunstancias de ésas que hoy en día nos ahogan. Sin tener que sacrificar nuestras carreras. Sin tener que rebajar nuestro nivel de entrega paternal.
MalasMadres se hace eco de cómo muchas mujeres y algunos hombres no se sienten libres para elegir su paternidad o para ejercerla sin poner en jaque un ascenso o una palmada en la espalda o un crecimiento laboral. Los datos sobre esta conciliación imposible proceden de fuentes diversas y sugieren conclusiones de este tipo:
- El 99% del tejido empresarial en España está constituido por pymes. El 80% de ellas quiere conciliar (según el estudio “La Radiografía de la pyme 2015″ de Sage España), pero necesita apoyo.
- El 80% de las mujeres trabajadoras tiene problemas para conciliar (según el informe de MalasMadres #concilia13F).
- Está demostrado el mayor compromiso con la empresa, el aumento de la productividad —hasta un 19%, según datos del IESE Business school—, y la caída del absentismo —hasta 30%— en empresas donde se concilia.
Este #NoRenuncio es una campaña tremendamente justa. Aunque no puedo sentirme del todo identificada, porque soy una privilegiada, es cierto que «ser madre y otras cosas» es muy, muy difícil. Por nuestros trabajos y las empresas, por los colegios, por nosotras mismas. Así que apoyo el #YoConcilio para que viralice y llegue al fin del mundo.
Me gusta #YoNoRenuncio #YoConcilio por su objetivo y porque me invita a reflexionar. Renunciar me parece una palabra gris. Y conciliar me parece que es algo que otros pueden organizar por mí, pero también algo en lo que yo tengo mucha mano. Me explico.
#YoNoRenuncio a ser Madre
Con esto de la maternidad, ni siquiera creo en la elección. Así que si no elijo, malamente puedo renunciar. Así lo veo yo. Es decir, una vez pasado el momento en el que el detector de hijos en camino da positivo, una vez que la criatura se presenta en tu vida, ya no eliges. Lo que haces es ponerte a andar. A veces caminas plácidamente, a veces corres, a veces te desgañitas y pierdes la respiración y a veces te estancas, parada, sin saber qué dirección tomar. A veces adoras a tus iKids y a veces… No puedo renunciar. Es un compromiso de por vida.
#YoConcilio mi yo Madre con mi yo Profesional
Respecto a mi carrera, estoy de acuerdo en que esta generación a la que pertenezco se caracteriza porque a las chicas nos han educado para aspirar a todo. A poder ejercer cualquier profesión, a llegar hasta lo más alto, a buscar esa terrorífica igualdad. OBVIO. En mi trayectoria no he echado de menos la posibilidad de ir desarrollándome como profesional, si bien es cierto que he sido y soy una privilegiada. Por otra parte y asumiendo –porque me ha tocado en el pasado- el papel del empresario (o jefe, qué horror), creo que no siempre se produce esa situación en la que se amenaza a la mujer con los mil desastres que acaecerán si se opta por la maternidad. Creo que las mujeres trabajadoras son de lo mejorcito de las empresas, igual que los hombres. Creo que las madres trabajadoras son híper eficaces y amortizan el tiempo con una calidad suprema. También creo que algunas madres (y algunos padres) trabajan para ganar un sueldo y su compromiso profesional no es compatible con lo que su empresa necesita, más allá de la justa conciliación. Y estoy de acuerdo con el informe #concilia13F en que las pymes necesitan ayuda oficial para saber cómo potenciar la concilicación.
MalasMadres propone concienciar, apoyar a las pymes e implantar la racionalización de horarios. Y nos invita a formar parte de la petición global. Aquí está, así que no pierdas tiempo y firma aquí. Porque es verdad que nadie debería renunciar. Ni a ser un profesional de nivelazo ni a ser un padre de nivelazo. Aunque en esto del equilibrio entre vida profesional y personal, o dedicas el mismo entusiasmo a ambas, o la simetría es imposible.
Además de no renunciar y conciliar, siento que elijo y decido, que «aspiro a» y «no descarto que».
- Aspiro a tener éxito como «autónoma con ideas» y a conseguir sacar adelante mis nuevos proyectos profesionales.
- No descarto que el proyecto se paralice y me encuentre volviendo a mundo del empleo por cuenta ajena. Y en lugar de “con el rabo entre las piernas” será con el “que me quiten lo bailao”.
- Aspiro a ver crecer a mis hijos con salud, con recursos para superar la adversidad, con autoestima y con capacidad de querer al de enfrente y quererse a así mismos.
- No descarto que mis hijos se sigan encontrando con piedras en el camino y que me toque a mí pulverizar esas piedras para que sigan avanzando o enseñarles cómo rodear el pedrusco en sí para caminar más.
- Aspiro a enseñarles y no descarto no ser capaz.
- Aspiro a no juzgarme y no descarto seguir haciéndolo.
- Aspiro a tener las mismas oportunidades que el/la de enfrente, si o merezco.
- Aspiro a que el ser humano definido XY tenga el mismo interruptor mental y emocional sobre la paternidad que el definido XX. Pero no descarto que esa diferencia siga existiendo y por tanto siga siendo la madre la que en la oficina siga siendo madre mientras el padre puede ser padre en casa y abogado/médico/profesor/economista/comercial/arquitecto/conductor/ en las horas de trabajo -porque creo que estos cromosomas, unidos a nuestra esperanza de que seamos iguales en todo y a nuestra pasión por juzgarnos delante del espejo (nosotras), son el primer obstáculo para la conciliación-.
Lo mejor que puedo hacer hoy lunes es contribuir a la visibilidad de #YoNoRenuncio, seguir dejándome la piel en mis sueños profesionales, seguir dejándome la piel en mi casa, con los míos. Seguir soñando y educar a mis hijos para que ellos, más que esperar a recibir, creen empresas justas o sean jefes justos o diseñen medidas y técnicas pro-conciliación.
Bss,
M
** Con esto del «elijo ser padre/madre y no renuncio a», recomiendo leer los siguientes tres artículos, todos ellos publicados en El Estado Mental y centrados en las consecuencias de optar por la paternidad en el mundo de hoy.
- Hijos, firmado por Purificació Mascarell. «Creo que, actualmente, la gente que tiene hijos se atonta y se amuerma, se vuelve prosaica y gris, envilece su mente y estanca su intelecto”.
- Madres, firmado, en respuesta al anterior, por Barba Celis. “Las madres somos bastante parecidas a Supermán, o a la tuya: capaces de sacar adelante una familia y hacer malabarismos para que la vida profesional no se vaya a la mierda porque, efectivamente, la conciliación familiar sigue siendo una quimera.”
- Padres, otra respuesta más, por Sergio del Molino. “Soy padre, y esa condición se ha convertido en parte nuclear de mi identidad. Si me tengo que definir, me defino antes como padre que como escritor o como señor con barba”.
No tienen desperdicio.
*** Cierro con uno de las muchas charlas TEDtalk sobre work-life balance que hay en YouTube. Ésta, de Nigel Marsh, me gusta especialmente.