Conversación 5: ESTUDIAR EN CASA #adolescentes #tecnología #coronavirus
Éste es el punto 5 de la relación de 10 conversaciones que podemos tener con adolescentes sobre la pandemia de COVID-19 y el uso que hacemos de la tecnología. Se trata no de aleccionar ni alarmar, sino de aprender juntos y aprovechar esta oportunidad para reflexionar sobre personas y pantallas.
El tema: Estudiar en casa
La tecnología permite que aprendamos a distancia (pero el valor del profesor sigue siendo incuestionable)
La interrupción de clases en ha puesto encima de la mesa la formación online, el aula virtual, la docencia 2.0. Llamadlo como queráis. Cada centro y profesor con sus medios, pero la realidad es que la mayoría de la gente se ha puesto las pilas para buscar formas con las que mantener en cierto modo el currículo y seguir enseñando para que los iKids sigan aprendiendo.
En algunos casos se trata de contenidos, tareas y deberes, pero en otros se llega a la enseñanza virtual con clases conectadas, a evaluación online y a horas de disponibilidad conectada para la resolución de dudas.
Los iKids adolescentes ya no son pequeños, así que tienen que responsabilizarse de sus tareas, aunque los adultos podemos ayudar. De hecho, hay gente como José Martín Aguado que ya ha compartido sugerencias sobre horarios con los que planificar el día, o sobre alternativas y actividades para adolescentes que pasan más horas en casa.
Lo que a mí me llama la atención, para bien, son las múltiples iniciativas desinteresadas que a través de las redes están compartiendo recursos e información para que docentes y alumnos encuentren canales, formatos y contenidos con los que ampliar el aula y llevarla del colegio a casa. Un ejemplo es este hilo en Twitter de Rosa Liarte, que cuenta aportaciones de Kahoot, GoogleEdu, BrainPop, EdPuzzle… Cada día aumentan los ejemplos de empresas del sector educativo que están liberalizando herramientas y contenidos para ayudar a profesores y estudiantes a aprovechar la tecnología para mantener, respectivamente, enseñanza y aprendizaje.
Obviamente cada persona es un mundo, y el gran reto de los docentes será gestionar los ritmos de aprendizaje de cada alumno a distancia. Porque en el aula pueden ver si algún estudiante se queda atrás, pero a través de pantallas esto resulta más complicado.
Además, a los docentes se les han dado horas para ponerse manos a la obra, así que a padres y madres nos toca también tener paciencia antes de criticar las metodologías que se estén utilizando, colaborando con los centros escolares para trabajar lo más en equipo que podamos. Algunos docentes están incluso ofreciéndose a contribuir a solventar dudas en casos de necesidad y otros profesionales contribuyen con ideas de cómo trasladar la docencia al entorno virtual sin convertir el proceso en mero intercambio de deberes y documentos.
Conversaciones:
- Pregunta a tus adolescentes qué herramientas o recursos están utilizando ellos con sus profesores. Que te lo cuenten y te lo expliquen.
- Explícales tú, si trabajas también fuera de casa, qué plataformas o herramientas utilizas para poder hacer cosas desde casa o para estar en contacto con tus compañeros, clientes…
- Es posible que tus adolescentes estén preocupados por sus próximos meses de estudio. ¿Cuándo volverán a clase? ¿Se les va a evaluar a distancia? ¿Cómo acabará el curso? Si les tocaba EVAU, ¿qué va a pasar ahora? Escúchales y ayúdales a centrarse en hoy.
- Hablad sobre cómo viven la diferencia entre aprender presencialmente o hacerlo online. Permite el desahogo, que es una parte fundamental de la adolescencia (y de cualquier etapa de la vida…).
- Con los adolescentes no debería hacer falta estar pendiente de si han hecho cada tarea asignada, pero efectivamente en algunos casos necesitan ayuda para organizarse y aprovechar el tiempo (ver conversación 6). Ayúdales a conseguirlo.
- Se van a quejar (los míos lo hacen), porque les llegan aluviones de mail o mensajes con tareas y no están acostumbrados a gestionar su aprendizaje de forma autónoma a este nivel. Si el tema se pone intenso, recuérdales que, aunque nos parezca inimaginable, hay chicos o chicas de su edad sin dispositivos en casa o sin conexión por fibra o sin wi-fi de última generación. Incluso sin tres comidas al día salvo si van al cole. Cuando uno es privilegiado, no le queda más que dar las gracias y cumplir con su deber.
- Ya de paso, soy fan total de este profesor que, además de organizar cosas para que sus alumnos sigan aprendiendo, inicia su comunicación con este mensaje:
Suerte…
Besos,
M.