#DíaDeInternet: descubrir el mejor «cómo» del estar conectad@s
17 de mayo, Día mundial de Internet. En esta Sociedad de la Información llena de cifras, llena de datos, llena de voces hablando, apenas queda tiempo para parar y pensar. Y sin embargo, lo que más necesitamos es precisamente parar y pensar. Parar y pensar en lo bien que estábamos antes y en lo bien que también estamos ahora. No pensar sólo en una de las dos cosas. Sino en las dos.
Internet ha cambiado la forma en que nos comunicamos y nuestras costumbres a la hora de comprar o escuchar música y ver películas. Internet ha cambiado la manera en que pedimos cita en el médico o la vía por la que recibimos las notas de nuestros hijos en el colegio. Internet ha influido en nuestro trabajo y en nuestras relaciones. Internet ha cambiado la manera en que nuestros hijos se entretienen, ha cambiado la manera en que los padres castigamos, ha cambiado la forma en que educamos. Y no pasa nada. Internet no es malo. La conexión es genial. Somos nosotros los que la USAMOS, así que seamos nosotros los que la UTILICEMOS. Pero nosotros, ¿eh? No todos los agentes de influencia que desde todas las esquinas nos dicen cómo hacer las cosas bien, cómo educar bien, cómo alimentar bien, cómo equilibrar (bien) la vida tecnológica de nuestros hijos. Pese a que las noticias a veces parecen dar a entender que los padres somos medio idiotas y no nos enteramos de nada, confiemos un poco.
Internet ha transformado nuestras vidas. Y lo ha hecho para bien. Y nosotros nos estamos adaptando.
Unplugged, superplugged
Estar súper conectado no quita para que nazca de vez en cuando la necesidad de escaparse y apagar todos los enchufes y botones y las apps y los conectores y los cables. Llevando a cabo ese unplugging te acuerdas de cómo era todo antes de Internet. Y también estaba realmente bien. El pasado mes de febrero propuse justo un poco de «desenchufamiento«, y cualquier momento es bueno para aplicarlo de nuevo.
Si eres padre/madre y no desconectas del todo, porque eres de es@s que disfrutan al máximo de los nuevos tiempos, entonces trata de poner límites a la forma, el tiempo y el espacio en los que tu familia conviva con la tecnología. Para que esas personas pequeñas y en ocasiones desesperantes, que llevan tus genes y tus apellidos, aprendan a buscar el equilibrio desde el principio.
Ni los niños de ahora son monstruos controlados por la tecnología ni nosotros éramos niños perfectos; nosotros no teníamos tablets ni móviles ni 200 canales de televisión ni aparatos que nos inutilizaban las neuronas (…), y no siempre repartíamos nuestro tiempo de forma idónea entre juegos en la calle, sueño reparador, deberes equilibrados, alimentación perfecta y atención maravillosa por parte de nuestros padres. Lo de antes era tan imperfecto como ahora. Ni los iPads fríen el cerebro ni todos los videos de YouTube son el diablo ni las redes sociales son el peor barrio para nuestros hijos. Que no. El problema de hoy no es Internet. Ni siquiera son los padres. El problema es el ritmo. El dejarse llevar. El pensar que no hay que poner límites o el pensar que uno no sabe lo suficiente para ponerlos. Con Internet o con cualquier otra cosa.
Parar, pensar
Por eso, como a mí me gustan las parejas bien avenidas, apuesto por una vida que combine las dos cosas, el unplugged y el superplugged. Desenchufarse, parar y pensar, disfrutar de las pequeñas cosas. Y enchufarse para aprovechar todo lo bueno, buenísimo, maravilloso, que Internet nos ofrece hoy en día.
No es difícil. Podemos hacerlo cada día. Viendo videos de YouTube con los niños después de cenar y leyendo luego con ellos un libro de los de toda la vida antes de acostarlos. Enseñándole a tu primogénito tu cuenta en Instagram y dejándote maquillar después por la princesa de la casa. No es el qué ni el cuándo ni el cuánto ni el dónde. Es el cómo. En el Día mundial de Internet, paremos y pensemos un poco en el CÓMO.
Bss,
M.
PD. En Wikipedia y en esta web tenéis información sobre el Día mundial de Internet. En jornadas como hoy no se habla en exclusiva sobre la educación en un buen uso de las TICs o los riesgos de la red. Se habla de favorecer un acceso equitativo a la conexión; del impacto de la red de redes sobre el desarrollo social, económico o cultural; de los usos y abusos; del Big Data y el Internet de las Cosas; del emprendimiento y las relaciones…