El impacto de la tecnología en el hogar
Un hogar es un espacio en el que se convive, en el que se aprende, en el que se gestionan recursos y emociones. Un hogar es un entorno de experiencia, intercambio, desarrollo, seguridad. Un hogar es el lugar en el que se puede (aprender a) ser uno mismo y desde el que salir a ser con los demás.
Desde el hogar se percibe el mundo y no hay hogar en el que no influya, de forma más o menos directa, ese mundo exterior.
Las circunstancias no son siempre favorables a que todo lo que se vive en un hogar sea positivo. Las circunstancias no siempre reconocen la ingente tarea que supone tener, crear y mantener un hogar.
La Home Renaissance Foundation es un think tank internacional, con sede en Londres, que promueve reconocer el enorme valor -y el enorme trabajo- que conlleva la formación de un hogar; uno que cumpla con las necesidades individuales y familiares, que contribuya de incontables maneras a la sociedad. Entre las iniciativas de esta Fundación destacan investigaciones académicas y publicaciones interdisciplinares, proyectos de formación y especialización, o contribución a la creación de políticas que sirvan como catalizador de un cambio en el que se reconozca, en definitiva, el valor del hogar. Su mayor objetivo, «dar voz a los hogares y tratar de revolucionar la forma en que los valoramos y habitamos«.
En los dos últimos años, la Fundación ha publicado documentos de análisis como «El hogar en tiempos de Coronavirus» y «El cuidado en el hogar de personas con discapacidad«, así como el libro «El hogar en la era digital«. Todos ellos comparten una visión y misión: orientar a las familias y transmitir el sentir de padres y expertos en relación con la incorporación de la tecnología al hogar.
He tenido el lujo de participar en el último informe de la Home Renaissance Foundation sobre ‘El impacto de la tecnología en el hogar‘. Un documento que reúne voces distintas, con visiones diversas, que analizan la perspectiva de la educación, la de las personas, la de la propia tecnología… Una publicación que considera que, «si el hogar debe entenderse no sólo como un mercado más, sino como el lugar donde se fomenta el bienestar a lo largo de la vida, entonces necesitamos tener una visión exigente de lo que entra por su puerta: los retos y las oportunidades«.
Hogar y tecnología son una pareja con muchos vértices, como bien se describe en el índice de este informe: una relación de amor-odio, una fuente de cambios en la construcción de autoestima o percepción de bienestar, un reto para la educación, una oportunidad de mejora, un espacio de humor pero también de conflictos.
Un tema, en mi opinión, apasionante. Y, sobre todo, ineludible, de necesaria reflexión para todos los que construimos hogar hoy en día.
Os dejo enlace a la publicación:
- en español: El impacto de la tecnología en el hogar.
- en inglés: The impact of technology in the home.
Y un spoiler de mi artículo:
«Hogar y tecnología llevan siglos conviviendo, evolucionando de manera simbiótica, viviendo un proceso de cambio marcado por la generalidad que nos une a todos y por la individualidad que nos diferencia a cada uno. No es algo nuevo, ni fácil, ni rápido. No es un destino; es un camino. La Historia es una sucesión de gente ‘normal’ haciendo cosas ‘normales’ en el marco de su época.
En los albores de esta era digital, necesitamos decidir si la tecnología lo determina todo y, sobre todo, si la vida digital de nuestro hogar nos genera pánico, pereza, incomodidad… u oportunidad».
Como digo, todo un lujo sumar mi voz a la de personas como Marián Rojas Estapé, Ana Oyonarte, Mei Lin Fung, Nacho Gil (Nachter), Enrique Rojas, Ignacio Aizpún o Anne Zahra, en otro.
Besos,
M.