Familia y tecnología en dos metáforas
Metáfora: (nombre femenino) – figura retórica de pensamiento por medio de la cual una realidad o concepto se expresan por medio de una realidad o concepto diferentes con los que lo representado guarda cierta relación de semejanza.
Para padres: CUCHILLOS
Las estadísticas nos dicen que la mayoría de homicidios en España se perpetra con arma blanca.
Pero todos tenemos cuchillos en casa. Los hay de distintos tipos y tamaños y formas; son necesarios para cortar alimentos; con algunos te puedes hacer daño; son dañinos si lo usas para atacar a otro; son útiles para cosas que no tienen que ver con comer (deshacer un nudo, abrir una caja, incluso cortar plastilina si son de esos de plástico); suelen estar en la cocina, no en el salón o en el baño.
Los mayores sabemos utilizar un cuchillo. Nos han enseñado. O hemos aprendido. Todos nos hemos cortado en alguna ocasión. Pero seguimos usando el cuchillo cada día. Tenemos cuidado cuando cortamos con él. Elegimos entre uno de sierra o uno para untar en función de lo que queramos hacer. No salimos con el cuchillo a la calle amenazando a la gente. La mayoría no lo usamos para robar o amenazar. No solemos poner nuestra dirección y DNI en el cuchillo. Lo compartimos con conocidos, pero no con desconocidos -al menos no normalmente, aunque si estás de picnic y alguien te lo pide lo mismo se lo dejas, porque como el cuchillo no se chupa pues la higiene no es tanto problema como con una cuchara o un tenedor-. Usamos cuchillos para cortar el pan, por ejemplo, pero no para ajustar el bajo de una cortina. Casi siempre está en la mesa, pero si no hace falta –porque hay sopa-, no se utiliza.
No sé tú pero yo no recuerdo que cuando crecía hubiera cuchillitos pequeños de Tarta de Fresa o Mazinger Z para hacerme más fácil la hora de la comida. Tampoco mandaban desde mi cole información detallada sobre las calorías del menú escolar semanal. Y sin embargo ahora casi todos compramos cuchillos pequeños para manos pequeñas y tenemos muy en cuenta lo de la alimentación saludable. En estas cosas sí que nos adaptamos a los cambios con naturalidad.
En fin, que me pierdo. Cuchillos. Cuando somos padres de familia… ¿Eliminamos los cuchillos de la casa? ¿Prohibimos que nuestros hijos usen un cuchillo? ¿Les enseñamos a utilizar el cuchillo? ¿Les miramos mientras cortan con el cuchillo? ¿Usan todos nuestros iKids los cuchillos exactamente a la misma edad? ¿Les ponemos una venda si se cortan? ¿Les damos un cuchillo adaptado a su edad? ¿Esperamos a que alcancen la mayoría de edad para darles un cuchillo?
Los iKids van a terminar usando cuchillos. Cuando dejen leche materna o de fórmula y también papillas y purés, les darás un cuchillo pequeñito. Hablarás de buenas maneras en la mesa y les darás comidas diferentes para que coman de todo y les dirás que no se juega con los cubiertos y que cuando hay pescado no hay cuchillo sino pala. Llegará un momento en la vida de tu iKid en la que dejarás de hacerles tú el bocadillo y serán ellos quienes usen el cuchillo para cortar pan. Si a los 13 años se cortan partiendo algo y si el corte no es grave, les pondrás una tirita y seguirán usando el cuchillo. Si son muy cocinillas empezarán a utilizar cuchillos de cocina a una edad más temprana que otros amiguitos y nadie te juzgará por ello. Cuando tengan 17 años, por ejemplo, no les podrás decir que sólo usen el cuchillo cuando tú estés. Tampoco les darás el cuchillo de sierra para cortar su filete si tienen 7 años.
Y si encima tus iKids saben comportarse en la mesa cuando usan cuchillos, mejor que mejor. Recurrirán a un cuchillo –de uno u otro tipo- para compartir su pan o para crear un bizcocho con forma de corazón o para partir queso o para pelarse unas patatas. Cortarán con un cuchillo una tarta en una fiesta con amigos. Usarán una navaja para cortar ramas en un campamento. Usarán un cuchillo en su primer día en la cafetería de la Universidad. O en su primera comida de trabajo. El tiempo que hayas invertido en educarles para que usen bien un cuchillo dará -esperemos- su fruto.
Así que tendrás que enseñarles a usar el cuchillo. Avisarles de que se pueden cortar. Decirles que tú también te has cortado. Explicarles que mientras los usan, tienen que saber lo que hacen, mirar al cuchillo y no al techo. Advertirles de que aunque hay que gente que los utiliza para hacer daño o cometer crímenes, otros los diseñan de colores para que los tengas a juego con el mantel. Recordarles que a la ducha o a la cama no se va con el cuchillo, que lo tienes clarísimo, que no es no.
Hables mucho o poco con tus hijos, vivas más o menos acomodado, seas moderno o conservador, religioso o ateo, de izquierdas o derecha, el caso es que no haces que los cuchillos desparezcan de tu casa. Porque los necesitas. Son útiles. Y forman parte de la vida tal y como la entendemos. Así que enseñas a tus hijos a usar el cuchillo. Con cabeza.
Pues lo mismo con las pantallas. Con el e-mail, las búsquedas, los videos, las apps, los chats, las redes sociales, el tiempo, los videojuegos y los foros. Les tendrás que ir enseñando. Y si no sabes, buscas maneras de conseguirlo. Porque los hijos de los mancos también aprenden a usar cuchillos. Y si aprenden contigo sobre cómo actuar en un mundo conectado, conforme crecen, mejor que mejor.
Para iKids: HAMBURGUESAS
Las hamburguesas han tenido mucho tiempo un tipo de fama y ahora tienen otro tipo de fama. Cada año se consumen en España 550 millones de hamburguesas y el boom del burger-gourmet es real. Seas creyente de este producto o enemigo de la comida rápida, en algún momento de su vida tu iKid tomará algún tipo de hamburguesa. Así que dile que la tecnología es como las hamburguesas…
- Frecuencia: si hablamos de comida rápida, ya sabemos que como norma puede llegar a ser perjudicial (nos engorda o sube el colesterol, especialmente las hechas sin cuidado…) pero una hamburguesa de vez en cuando no hace daño. No se pueden comer hamburguesas todos los días y a todas horas, llega un momento en que te saturas. Pero una hamburguesa rica… mmm.
- Contenido: hay sitios en los que una hamburguesa será más grasienta y en otros la carne será de calidad suprema y el queso será de denominación de origen, incluso hay sitios en los que te servirán una hamburguesa vegetariana estupenda y sanísima. Los ingredientes sí que importan y el sitio al que vayas a por la hamburguesa también marca una diferencia.
- Edad: sabemos que los iKids de, no sé, 6-8-10-12-14-16 años puede tomar una hamburguesa, pero a un iKid de 2 le pilla algo pequeño el tema, porque ha ido probando alimentos poco a poco, tiene una boca pequeña, no le han salido todos los dientes y es el momento de mejor intentar aprender a comer bien. Hay un momento para todo, pocas cosas son buenas o malas en sí mismas y que tú pidas una hamburguesa no significa necesariamente que tus padres te la tengan que dar. Si aún no sales solo por la ciudad o hay que llevarte a todas partes en coche, pues no podrás tampoco aspirar a bajar a la hamburguesería de turno a comprar lo que tú quieras. Y si te escapas y lo haces, ¿de quién es el dinero? ¿Te lo vas a gastar todo en hamburguesas? Ojo al sitio, por cierto, que ya sabes que hay leyendas que dicen que algunas carnes picadas son de… No te vayan a colar mala calidad sin que te des cuenta 😉
- Hábitos: ¿te gusta la verdura? ¿Por qué crees que te gusta o no te gusta la verdura? Nada es garantía de nada porque los gustos cambian, pero si te acostumbras a la verdura desde pequeño, tendrás parte de la carrera ganada. ¿Qué? ¿Que tus padres te ponen brócoli pero ellos comen hamburguesas? Bueno, pues habrá que hablar con ellos. Claro, el ejemplo es importante. Por cierto, ¿tú padre lee? ¿Tu madre deja todo cada miércoles para ir a un centro de acogida a cuidar de familias desfavorecidas o llega a las 9 de la noche porque trabaja como una mula? Esos ejemplos también los imitas, ¿no?
- Sitios: no es lo mismo tomarse una hamburguesa solo, estudiando un viernes en casa porque estás de exámenes y todos se han ido al cine menos tú, que tomarse una hamburguesa en en un sitio chulo y con amigos, celebrando una buena noticia.
- Influencias: si el más popular de la ciudad organiza un reto que consiste en comerse una hamburguesa de carne humana, ¿te apuntas? Pues eso, que si alguien a quien admiras se come una hamburguesa, puedes imitarle, pero seguro seguro SEGURO que entiendes los límites y tienes tu propio criterio a la hora de tomar decisiones. Y seguro que ya sabes que una hamburguesa gratis tiene truco. Y que quedar con un desconocido para que te dé la mejor receta de hamburguesas tiene truco también. Lo sabes. Seguro 😉
- Decisiones: además de comprar una hamburguesa, existe la opción de hacerse una hamburguesa. Tú compras la carne y eliges el queso y añades dos tipos de tomate y buscas un pan de semillas y te fríes unas patatas y te montas un banquete para disfrutar de, vale, el último capítulo de tu serie favorita.
- Tus padres: mira, ya sé que a veces los padres nos ponemos pesados con lo de «deja ya de comer hamburguesas, que te vas a poner enfermo y hay que comer de todo y yo de pequeño comía muchísima fruta y ahora es que ya no sabéis hacer nada si no hay hamburguesas de por medio«. Verás, tienen un poco de razón. Sobre todo en lo de que «hay que comer de todo». Que no puedas vivir sin queso es en parte culpa de los fabricantes de queso, que lo hacen riquísimo, pero depende también de ti. Quien decide comer hamburguesas eres tú, pero quien hace posible que en tu vida haya hamburguesas son tus padres. Demuéstrales que sabes comer de todo y te aseguro, te garantizo, que te dejarán ir eligiendo tu propio menú. Y aunque tu madre no sepa hacer hamburguesas, de todo lo demás sí que sabe.
Y ya. He elegido lo de las metáforas porque «estamos» de trimestrales y oigo al otro lado de la casa a alguien que repasa hipérboles, símiles, hipérbaton, anáforas, aliteraciones, sinestesias y sinécdoques. Siendo de Letras Puras, de eso me entero. Cuando repasa valencias, componente soluto, desionización y ósmosis entro directamente en barrena y me escondo.
Besos,
M.
