María, 3 de octubre, 2016

La tecnología NO está cambiando el amor

Aplicaciones y redes de citas. Webs para encontrar pareja. Falta de comunicación por culpa de los móviles. En esta sociedad de tecnología punta, en este mundo ínter-conectado, hemos desarrollado nuevas formas de relacionarnos y nuevas formas de expresar nuestro cariño. Han evolucionado la forma de «ligar» y las maneras de encontrar el amor. Ha cambiado el modo en que nos decimos «te quiero» y es más fácil que nunca enviar un emoticono y expresar que quieres a alguien, que deseas a alguien, que odias a alguien. La inmediatez, la percepción de permanente disponibilidad, el control de las dos rayas del mensaje leído, el poder de la imagen sobre todo lo demás que una persona tiene, el mundo del selfie, de los SMS, de la «poca importancia» de la permanencia…

Ahí vivimos. Sí. Nosotros sin duda. Y nuestros hijos también.

El amor y nuestros iKids

Los iKids crecen en esta realidad y, conforme se acercan a la adolescencia, empiezan a sentir curiosidad por el sexo opuesto, por el ligoteo, por su aspecto físico y el de los demás, por los selfies, los emoticonos, los mensajes breves, la facilidad para expresarse online sin necesidad de hacer el mismo esfuerzo en la vida real.

Y todo es importante. Tenemos que ser conscientes de que su forma de relacionarse tiene todo que ver con lo que las apps, las redes, Internet y sus móviles les permiten hacer. Muchos han oído antes hablar de Tinder que de embarazos no deseados. O se mandan fotos «delicadas» antes de saber qué es una enfermedad de transmisión sexual. Se dicen «te quiero» en un mensaje lleno de caritas antes de estar preparados para decirse «te quiero» a la cara.

En todo esto, se me ocurren dos tareas para hoy.

  • La primera: empatía. Ponte en su lugar y en cuanto notes que van cambiando sus intereses, habla con ellos. No se trata de hablar de sexting o de fotos en el móvil con poses sugerentes. No se trata de prohibirles crearse perfiles online para subir videos en los que juegan con su físico o sus sentimientos. Se trata de hablar de sexo, de privacidad, de intimidad, de consecuencias. De amor (frente al resto de conceptos).

Quizá esto nos parezca más importante si tenemos niñas que pasan de los 10 u 11 años. Y sí, desde luego es fundamental tener estas charlas y estar pendientes de lo que hacen y dicen online si son niñas. Pero es que, si son niños, nuestra misión para ayudarles a convertirse en chicos y no en «capullos» es tras-cen-den-tal. Lo que hagan offline y online nuestras niñas y nuestros niños empieza a construirse en casa con nosotros.

  • La segunda: la tecnología no cambia el amor. No lo digo yo, que ya sé que no os fiáis de mi objetividad… 😉 En mi afán por desmitificar el impacto diabólico de la tecnología sobre nuestra sociedad, parece que me invento cualquier cosa. Pues no; hoy comparto con vosotros una charla muy ilustrativa, impartida por la antropóloga Helen Fisher. En su conferencia TED de hace unos meses habla sobre los tipos de amor y los tipos de atracción, sobre conexiones rápidas y sobre slow love, sobre relaciones íntimas.  La tecnología (las apps, las redes, los mensajes, las webs, la inmediatez, la conectividad) no han cambiado la sensación que nos llega con el enamoramiento o el rechazo o la ternura.  La tecnología ha cambiado cómo «ligamos» o cómo encontramos posibles parejas, ha modificado las reglas y el lenguaje. Pero no cambia el amor, porque «el algoritmo que importa está en el cerebro y es el que determina de quién te enamoras, a quién eliges». Se cambia el paradigma de la elección, porque tenemos a nuestro alcance más contactos. Pero no se transforma la capacidad de amar a largo plazo. Como explica Helen, «el mayor cambio en el romance moderno y en la vida familiar no lo trae la tecnología y no lo trae el nuevo tipo de noviazgo; lo trae el cambio de roles. El amor y el cariño van a seguir existiendo, la tecnología no podrá erradicarlos. Si queremos entender las relaciones humanas , tendremos que tener en cuenta el mayor determinante de la conducta humana: el impulso humano (insaciable, primordial, adaptable) de amar».

Helen no es una líder de opinión cualquiera; es investigadora, ha desarrollado investigaciones con miles de personas y es una experta reconocida en estudios de género, relaciones humanas, fundamentos bioquímicos de las emociones y autora del libro «Anatomía del amor«.

Así que, sí, nuestros hijos crecen en un mundo complejo y navegar con ellos el aprendizaje sobre las relaciones humanas en el contexto de las nuevas tecnologías es muy difícil. Pero si nos implicamos, si tratamos de entenderles y sobre todo si normalizamos la tecnología en lugar de temerla, ignorarla o demonizarla, habremos avanzando más de lo que creemos.

Bss y feliz día,

M.

PD. Si quieres saber más sobre Helen Fisher, aquí hay más info. Y si necesitas la transcripción de su charla, está aquí.

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