María, 3 de mayo, 2017

Mi iKid estrena móvil: ¿y ahora qué? #ePaternidad

Quizá te estés planteando que ha llegado el momento de que tu iKid tenga móvil propio. Quizá tú no te lo has planteado pero tu iKid no deja de pedirlo. Quizá es el único de su clase que aún no tiene smartphone. O quizá nadie de su clase lo tiene aún pero tú crees que hoy es el día de abrir esa puerta. Puede que estés totalmente en contra de que tenga móvil. Puede que no veas cuál es el peligro de que lo tenga. Sea cual sea tu situación, lo cierto es que, en España, la mitad de los niñ@s de 11 años tiene smartphone propio.

Muchos expertos creen que hay que retrasar esa autonomía digital al máximo y muchos padres preguntan cuál es la edad «barrera». Parece que lo que está de moda es que, cuando tu iKid cumple 13 años, estás ya fuera de peligro en cuanto a prejuicios sociales se refiere y puedes decir «sí» al móvil. Pero hay mucho por hacer antes y mucho por hacer después 😉

Algunas consideraciones que podemos tener en cuenta sobre este tema de «niño + smartphone = problema».

  • PARA QUÉ LO QUIEREN, PARA QUÉ LO USAN. Para los iKids, el smartphone es una necesidad «porque quieren comunicarse con sus amigos» (suele ser el razonamiento más común por su parte). En realidad -y sería una buena opción para que se inicien en el mundo de la comunicación online-, pueden comunicarse con sus amigos sin tener móvil porque con una tablet o un ordenador pueden chatear con HangOut de Google, Skype o Telegram o incluso WhatsApp. No necesitan un móvil para navegar por Internet ni para consultar sus redes sociales (en caso de que las tengan). No necesitan un móvil para editar fotos o videos. Todo eso lo pueden hacer con otros dispositivos. Ellos quieren un smartphone porque salen con él de casa, metido en el bolsillo. Por eso es fundamental que esa autonomía digital, la de su propio móvil, vaya en línea con la autonomía real que les del iKid en cuestión. Es cada vez más frecuente que nuestros hijos tengan más libertad online que la que les damos online.
  • QUÉ MÓVIL, QUÉ SERVICIO. ¿Hace realmente falta que el iKid estrene dispositivo? ¿O hay alguno antiguo en casa que pueda adaptarse a algún plan que resulte económico y eficiente? En estos tiempos de inmediatez y de facilidades para los niños -que parece que solo tienen derecho, pero no, también tienen deberes, incluso relacionados con el mundo online-, no pasa nada porque no tengan un smartphone de última generación. Y no pasa nada porque empiecen con un móvil analógico si lo que necesitas es que pueda llamarte o mandarte un mensaje para decirte dónde está. En este sentido, que sepas que Nokia ha relanzado sus móviles de colores, básicos, básicos, y pueden ser una opción estupenda. Y ¿qué tipo de contrato o tarjeta tendrá ese dispositivo?
  • OCASIÓN DE ENTREGA. Estamos cada vez más acostumbrados a ver que los «smartphones de uso pediátrico» (término acuñado por mí misma, probablemente incorrecto, pero que nos recuerda que los niños son eso, niños) son un regalo al iKid. Regalo de cumpleaños, regalo de Comunión, regalo de Reyes, regalo de buenas notas. Pero un smartphone no es un juguete. Ni tampoco debería ser un premio. Y sobre todo no es un regalo que por sí solo valga para algo. Sin contrato, sin datos, sin tarjeta, el dispositivo no realiza llamadas ni se conecta a Internet. Sin cuenta de usuario en Google Play Store o App Store de Apple, el dispositivo no se descarga aplicaciones. Sin dinero de por medio que pague el consumo y contenido del móvil, no hay nada de nada que el iKid pueda hacer con su regalo. Y siendo menor, lo habitual es que no maneje dinero ni gestione pagos. De hecho, siendo menor, lo más probable es que tampoco pueda permitirse comprar un dispositivo móvil. Necesitará tus recursos. Conclusión: el smartphone no es suyo. Es tuyo.

Después de todo esto, os planteo 4 ideas que podéis aplicar cuando llegue el momento de que el iKid estrene móvil.

  1. La decisión es tuya: fuera prejuicios, sigue tu propio estilo digital

Para cada familia y cada niño, el momento es distinto. Por las necesidades o por las características de las personas implicadas. Mejor no prejuzgar lo que hacen otros y optar por decidir y aceptar lo que queremos hacer nosotros. Tal y como conté en Reino Unido en la DigCitSummitUK de 2016, es fundamental analizar cuál es tu postura familiar y parental respecto a la tecnología para poder aplicar un modelo de educación coherente contigo y no con el resto del mundo (aunque tengamos en cuenta la realidad que nos toca vivir, claro).

Por otra parte, no es fácil ser el padre o la madre de ese iKid que es casi el único de su clase que no tiene móvil. Y tampoco es fácil ser padres del primero de la clase en tenerlo. Esto no tiene nada que ver con los peligros de Internet, sino con los prejuicios que unos padres lanzamos sobre otros, con los titulares de los medios de comunicación y los mensajes de alerta que cada día nos llegan.

Es fundamental que la decisión de cuándo estrenará móvil tu iKid sea tuya. No fruto de la insistencia del menor ni consecuencia del miedo a lo que dirán los demás. Y es fundamental también pensar en cómo es tu hij@, en cuáles son sus costumbres-gustos-compañías… Tú eres quien mejor conoce al iKid y quien mejor puede saber cuándo está realmente preparado para la vida conectada.

  1. Establece normas, límites y condiciones de uso

Cuando decidas darle un smartphone a tu hijo, da igual si tiene 11 ó 14 años, hazlo con unas normas claras (un contrato, por ejemplo, aunque vale cualquier otro tipo de acuerdo mientras lo hables con el iKid). El móvil no es suyo. Es tuyo. Y si lo usa mal, habrá consecuencias (especialmente al principio, las que tú consideres). No se trata de castigos, sino de responsabilidad.

¿Lo podrá usar a cualquier hora? ¿Podrá salir de casa con él siempre que quiera? ¿Podrá descargar apps con total libertad? ¿Tendrá que contribuir a pagar los datos que consuma? ¿Y cuando se acaben esos datos, le suministrarás más o tendrá que aguantarse? ¿Podrás saber con quién se manda mensajes? ¿Instalarás alguna app de control parental para conocer qué tiempos de uso hace del móvil? ¿Dormirá el móvil en su cuarto o en otra habitación? ¿Tendrás que saber tú las contraseñas?

Algunas de esas preguntas tienen mucho que ver con las consultas que me hacen en los talleres tanto los padres como los iKids. Los iKids -incluso con 14 años- no entienden que Internet NO es gratis, que la conexión se paga tanto en casa (al proveedor de fibra óptica que te permite tener wi-fi) como por la calle (servicio de 3G ó 4G asociado a tarjeta o contrato). Lo que veo en un porcentaje altísimo de casos es que los niños no son conscientes de ese gasto y dan por sentado que el consumo puede ser ilimitado. Tampoco entienden que algo gratis en Internet no es gratis de verdad y que la verdadera moneda de cambio son sus datos (su mail, su edad, su nombre, su geo-localización, su tipología de consumo, su número de teléfono).

También es bueno que el iKid entienda que no estás en contra de su vida conectada, que hay vida más allá del móvil (ojo con el ejemplo que tú les estés dando), que hay cosas que se hacen mejor con otros dispositivos y que existe mucho aún por aprender. El caso es que pese a que nuestros niños tienen cada vez más relación con la tecnología y saben mucho sobre cómo consumir contenido digital, cada vez saben menos sobre cómo crearlo o cómo elegir el de buena calidad. Mucho WhatsApp y mucho Instagram (las dos apps más instaladas en móviles pediátricos) pero si comparamos las cifras con las de hace 15 años, hoy hay menos niños que sepan programar o editar video o escribir mensajes con todas las letras de una palabra. Necesitamos más alfabetización digital para nuestros iKids.

Y el tema más polémico de todos: ¿puedes tú mirar su móvil? Mi opinión es quizá políticamente incorrecta… Depende de la edad, claro, pero el smartphone es mío. Lo pago yo. Es una cuestión de confianza, como todo lo demás, de autonomía progresiva, de prueba y error sin mi control pero con mi compañía. Cuando empiezan a hacer algo, al principio les acompañas, y luego les vas dando libertad. Con la tecnología igual o al menos eso creo yo.

No se trata de leer sus mensajes o controlar su mail, y mucho menos si después vas a utilizar esa información para regañar o castigar. Se trata de hacer un seguimiento de sus inicios en la vida conectada para abrir espacios de conversación sobre con quién se comunica y cómo, sobre qué juegos utiliza más o qué fotos y videos comparte. Lo ideal es que el iKid lo cuente, pero eso depende de lo expresiv@ que sea… Yo propongo tomárselo con humor y sobre todo empezar cuanto antes a ejercer la ePaternidad. Si ya hablas con ellos sobre qué hacen con tablets u ordenadores y videojuegos antes de que llegue un móvil será más fácil que se lance a hablar. Ojo, no confundamos acompañamiento con control obsesivo. Habrá que revisar su móvil si pensamos que existe necesidad de hacerlo. Habrá que controlar tiempos si les vemos muy enganchados. Es educación, tecnología normalizada e incorporada a la educación que les damos.

  1. Configuración personalizada: uso progresivo del móvil

Cuando decidas «prestarle» un smartphone a tu hij@, da igual si tiene 11 ó 14 años, hazlo con permisos configurados por ti (en descargas, en navegación, en uso, en perfiles…). Es verdad que un smartphone en manos de un niño puede ser un peligro pero, ¿y si no puede descargarse ninguna app que tú no autorices? ¿Y si tiene los permisos de navegación online muy «capados»? ¿Y si tiene control de tiempo de uso a través de una app o un control parental, y entonces por la noche no le funciona el móvil?

En todos esos casos, los peligros asociados al hecho de que el iKid tenga un móvil son menores. Que necesite tu autorización para descargarse aplicaciones. Que entienda que tú puedes mirar su móvil si lo consideras necesario, no a escondidas, pero sí cuando creas que hace falta, a su lado. Que asuma que si decides instalar una app de control parental, no puede negarse.

Puedes establecer cuentas familiares tanto con Android como con Apple para que los menores sean menores y seas tú quien autorice descargas. Y os recomiendo re-leer el punto 3 en este post en el que hablaba sobre aplicaciones para móvil como medida adicional de control parental.

  1. Diálogo, diálogo, diálogo

Cuando decidas darle un smartphone a tu hij@, habla con él/ella sobre el uso que le va a dar. Para que te vaya contando, para ir viendo qué le gusta o qué utiliza más. Pregúntale cómo lo usan sus amig@s, qué le parece bien o mal. Antes tendrás que haber pensado si quiere móvil él o lo quieres tú para él, si lo pide para tener Instagram y no hay otra manera de tener Instagram, si quiere jugar con PokemonGo, si quiere descargarse WhatsApp o Snapchat o Musical.ly o Askfm y hablar con sus amigos o compartir videos y fotos.

Si el diálogo se abre desde el principio, será más fácil mantenerlo incluso cuando en plena adolescencia no quiera ni darte la hora. Como digo siempre, el adolescente está programado para llevarte la contraria, pero antes de llegar a esa edad -que te recuerdo tú también pasaste- lo que tienes es un iKid que te idolatra y cree que eres el padre más listo y la madre más guapa. Es ahí cuando tienes que aprovechar la oportunidad de convertirte en su primer influencer digital.

Antes, durante y después de su primer móvil, habla con el iKid sobre contraseñas, privacidad, nicknames, propiedad intelectual, netiqueta

Espero que algo de esto os sirva. Besos,

M.

PD1. En mi casa, iFirst (12) no tiene móvil. Pero sí utiliza un smartphone, desde hace unas semanas, para poder escribirse con sus amigos por WhatsApp. Usa mi teléfono antiguo, con una línea que manteníamos pero ya no usábamos. El móvil ha llegado a su vida sin cumpleaños-periodos festivos-notas de por medio. Tiene configurada cuenta de usuario como menor, por lo que ese móvil tiene que pedir autorización al mío para descargarse apps. Entre semana sólo puede utilizar WhatsApp en las mismas condiciones de horario que su tablet, nada de tenerlo en la mano constantemente. Nada de usarlo haciendo deberes. Lo saca de casa cuando realmente es necesario (sale con amigos, se va de fin de semana…). No tiene instalada una app de control parental. Las apps que más utiliza: WhatsApp, Instagram y ClashRoyale (para todo lo demás sigue usando una tablet). El móvil se carga y «duerme» fuera de su habitación. En definitiva, utiliza «mi» dispositivo para «sus» mensajes, «su» única red social y «su» juego preferido. Son nuestras normas y él, de momento, las ve normales y las acepta ((sin mayor)) discusión. Vamos poco a poco…

PD2. Os recuerdo cinco habilidades digitales que podemos inculcar a nuestros iKids y algunos consejos para cuando se inicien en redes sociales.

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