Niños, adolescentes y pantallas: más allá del titular viral
Hoy os traigo dos estudios recientes que están llenando las noticias de titulares golosos. Tienen mucho contenido interesante que puede ayudarnos a poner en práctica eso de incluir la tecnología en el resto de la educación de los iKids. Espero que os interese 😉
Niños y pantallas (Canadá)
La revista científica The Lancet Child & Adolescent Health acaba de publicar las conclusiones de un estudio canadiense sobre el impacto de las pantallas sobre nuestros iKids.
El trabajo -realizado por investigadores de la Universidad de Ottawa con 4.500 niños de entre 8 y 11 años y desarrollado a partir del análisis de cumplimiento de las recomendaciones del Movimiento 24 horas- detecta una correlación directa entre el uso de dispositivos y la inteligencia de los niños.
El Movimiento 24 horas es un plan canadiense que plantea la importancia de que los niños de estas edades (8-11) cumplan cada día unas 9-11 horas de sueño, una hora de actividad física y menos de 2 horas de ocio con pantallas.
El estudio concluye que cuantas más recomendaciones de las anteriores cumplen los iKids, mejores son sus capacidades. Y concluye además que esa parte relativa al tiempo recreativo dedicado a la tecnología es la que tiene una relación más intensa con la maduración intelectual. Es decir, que mucho más tiempo de estar MIRANDO a una pantalla se asocia a un peor desarrollo cognitivo de los niños en estas edades -en términos de habilidades del lenguaje, memoria episódica, función ejecutiva, atención, memoria de trabajo y velocidad de procesamiento-.
Las conclusiones del estudio revelan además que el aspecto que más perjudica es el que tiene ver con un menor descanso. Y añaden que en muchas ocasiones son precisamente los dispositivos los que se asocian a ese peor o menor descanso, porque los niños reconocen usar pantallas justo antes de dormir o incluso durante la noche.
En consecuencia, los responsables del trabajo recomiendan a pediatras, padres, educadores y políticos que «promuevan una limitación del tiempo de pantalla recreativo y prioricen rutinas saludables de sueño y ejercicio durante la infancia y adolescencia».
El estudio me parece interesante porque aporta dos novedades respecto a otros que se han realizado hasta ahora.
- Por una parte, habla en todo momento de «uso recreativo de pantallas» o «sedentarismo tecnológico«. Esto significa que analizan sobre todo el impacto del tiempo de pantalla en cuanto a «niño sentado delante de un dispositivo mirando pero no pensando». Ejemplos de ese sedentarismo podrían ser ver videos de entretenimiento, ver la tele, jugar con la consola, hacer scroll en una red social… En el otro lado de la balanza, ver un tutorial sobre cómo tocar el ukelele mientras el iKid toca el ukelele o usar Keynote para hacer un poster de fotos de cantantes favoritos o utilizar un editor de videos para hacer una película que antes de ha grabado con amigos y después se va a ver con amigos con ejemplos de uso «no pasivo sino activo» de las pantallas.
- Por otra parte, los investigadores advierten de una importante laguna en su trabajo que debe estudiarse en el futuro, la que se refiere al tipo de actividad que realizan los niños con esas pantallas. Según Jeremy Walsh, uno de los autores del estudio, «debemos concentrarnos en investigar la influencia que tiene este tiempo de ocio en función del tipo de contenido y el uso que hacen con los menores: redes sociales, videojuegos, chatear, tareas educativas…, porque quizá no todos estos usos influyan de la misma forma en la maduración intelectual. No queremos desaconsejar la utilización de estos aparatos en un entorno educativo, porque no sabemos si puede ser beneficioso, pero dado que no conocemos el efecto del contenido esta debe ser el área más importante de estudio, porque los niños crecen con las pantallas prácticamente desde su nacimiento«. Esto significa que cuando decimos «la tablet hace a tu iKid más tonto», hablamos de una relación entre uso de pantallas e inteligencia, pero no de una causa directa. Es decir, demasiado sedentarismo tecnológico se asocia a un efecto negativo, pero no necesariamente es la única causa de un peor desarrollo cognitivo.
Tienes el estudio completo disponible aquí y un resumen estupendo en este artículo de Javier Salas de El País.
Familias y pantallas (Reino Unido)
También en relación con iKids y pantallas, esta semana se ha presentado un estudio de Common Sense Media que analiza la situación actual de las familias en Reino Unido en cuanto a convivencia de padres, madres e hijos (de entre 13 y 17 años) con la tecnología.
Entre las conclusiones, destacan:
- Casi la mitad de los padres (46%) y de los adolescentes (44%) se considera ‘adicto’ a su móvil; una tercera parte de los hijos (35%) cree que sus padres son ‘adictos’ y dos terceras partes de los padres (63%) cree que sus hijos son ‘adictos’.
- La mitad de los adolescentes (54%) y de los padres (51%) reconoce distraerse con dispositivos móviles al menos una vez al día.
- El tiempo de pantalla genera conflictos en las familias -se le considera la tercera causa más frecuente de problemas, después de ayudar con las tareas del hogar y cumplir con las horas de descanso. Para los hijos es la cuarta causa de conflicto -después de las tareas, el descanso y los deberes.
- El 86% de los padres y el 97% de los adolescentes afirman que el uso de dispositivos por parte de sus hijos no perjudica a las relaciones familiares. La mayoría de las familias británicas encuestadas dice que los móviles no interrumpen las comidas familiares, los padres reconocen no invadir la privacidad online de sus hijos y en general, todos son optimistas respecto a los beneficios de la vida digital.
Sonia Livingstone, profesora de Psicología Social en el Departamento de Medios y Comunicación de la London School of Economics and Political Science (LSE) y referencia internacional en el ámbito académico y regulatorio, explica sus conclusiones (traduzco a continuación parte de uno de sus últimos artículos en la web Parenting for a Digital Future):
«Algo parecido concluyeron otra encuesta norteamericana reciente -también de Common Sense- y un estudio de Ofcom -entidad británica que utiliza la palabra ‘dependencia’ en lugar de ‘adicción‘- en el que la mayoría de los padres de familia afirmaba que sus hijos mantenían un equilibrio razonable entre el tiempo de pantalla y otras actividades. (…) quizá sea mejor cuestionarse aquellas interpretaciones de cualquier estudio que extraigan conclusiones simplistas y causales sobre los efectos del creciente uso de la tecnología. Quizá sea mejor reconocer el debate más amplio que mantienen los expertos sobre el diagnóstico clinico de la adicción a las pantallas. Y quizá sea mejor ser escéptico con los titulares que inducen al pánico. Quizá es mejor observar las razones por las que niños y adolescentes utilizan dispositivos y ser más cuidadosos antes de concluir que si el 79% de los adolescentes miran su móvil en los primers 30 minutos tras despertarse es porque tienen un problema (…). Así que si el informe de Common Sense Media sobre Reino Unido nos dice que los adolescentes sentirían aburrimiento (66%), ansiedad (44%) o soledad (40%) si les quitaran el móvil durante un día, quizá sea mejor no concluir que algo malo le pasa a las nuevas generaciones. Mejor preguntarse qué hacen con sus móviles, qué valor le dan a eso que hacen y qué alternativas les propone la sociedad. Y lo mismo con los padres.
La tecnología es como las hamburguesas. Importa cuántas veces las comes, qué ingredientes tienen, con quién las disfrutas, dónde te las tomas, quién las ha cocinado. No todas las hamburguesas son iguales. No todo el tiempo de pantalla es igual. Y no todas las familias son iguales.
Las pantallas no van a hacer más tontos a los iKids por sí solas. Ni más listos.
No es la tecla.
Así que antes de leer, creer y juzgar, pensemos. Y después, actuemos.
Besos,
M.