Niños y tecnología: 8 formas de entender el ‘control parental’
Es el bodegón del siglo XXI: un iKid pegado a una pantalla. Tablets, móviles, portátiles, televisiones, consolas, eBooks. A veces lo que nos preocupa a los padres es que pasen demasiado tiempo pegados a esa pantalla. A veces tememos que se encuentren con contenidos no adecuados a su edad. A veces nos preocupa que se comuniquen de forma inapropiada con sus amigos o con desconocidos.
A lo que hacemos con frecuencia como reacción a estos miedos lo llamamos control, en ocasiones parece espionaje y a menudo lo juzgamos como sobreprotección. Justo ayer estuve en el Club de Malas Madres, junto a Paloma Blanc y Álvaro Bilbao, hablando sobre los límites del ‘control parental’, después de ver el capítulo Arkangel de la serie Black Mirror, que se emite en Netflix. Y mi principal conclusión es que, como en todo ejercicio de supervisión, guía y acompañamiento de padres hacia hijos, el elemento constante debería basarse en hablar con ellos. Antes, durante, después, siempre, preguntar para enterarse, escuchar para entender y orientar para educar. Y distinguir la preocupación del pánico. Con todo, tecnología y pantallas incluidas.
Te dejo enlace al resumen y al video de conclusiones publicado por MalasMadres:
ASÍ QUE…
El mejor control parental es el de la conversación con los iKids y el de normalizar la tecnología para incluirla en el resto de la educación que les damos. Para inculcar hábitos, entender su mundo, asentar valores y disfrutar juntos de lo bueno que nos aportan las pantallas si sabemos usarlas.
PERO –
También es importante saber un poco más sobre las alternativas TECNOLÓGICAS que existen para ayudarnos a tener una idea de lo que hacen, en caso de que nos interese saberlo. No tanto para prohibir o regañar o controlar, sino para CONOCER y utilizar la información, para ACOMPAÑAR al resto de la educación que les damos.
‘Control Parental’ es el concepto que engloba a todas las herramientas que permiten a los padres monitorizar y/o limitar el uso que un iKid hace de los dispositivos, en términos de tiempo, de contenidos o de acceso. Podemos revisar sus historiales de navegación, utilizar apps que conviertan nuestro móvil en un espejo del suyo para recibir sus mismos mensajes, descargar apps que apagan los móviles o limitan las webs, configurar las tablets para que no se conecten por la noche, utilizar cuentas de usuario para que no se descarguen lo que ellos quieran… Depende de tus iKids, de tu familia, de ti. Pensar que el ‘control parental’ tecnológico solucionará todos los problemas es un problema. Y pensar que no sirve para nada es también un problema. Repasemos:
8 formas de entender el ‘control parental’
1. Software de control parental en el sistema operativo del ordenador
Tanto Microsoft Windows como Apple Mac OS incluyen paquetes de control parental. Cada usuario tiene que tener su perfil creado y es una forma de controlar la navegación por Internet y bloquear el acceso a contenidos inapropiados. Consigue algo, pero no es un milagro, así que merece la pena contar con una opción B. Además, al ejercer control únicamente sobre los equipos que tienen instalado el software, los niños pueden acceder a Internet con dispositivos móviles.
2. Software de control informático
Son los programas clásicos, paquetes de protección frente a los «peligros de Internet». A veces los anti-malware o antivirus incorporan control parental. Y viceversa. Puedes bloquear webs, marcar límites de tiempo de pantalla, controlar la actividad online y en redes sociales, monitorizar conversaciones por chat o recibir un resumen de la vida online del iKid. Los clásicos: Kaspersky y Norton (que me gustan especialmente) o McAfee, Safe Eyes de McAfee/Intel y Panda, por ejemplo.
3. Apps
Esta posibilidad vive una creciente demanda. La razón: los iKids se conectan más a Internet a través de tablets y smartphones que a través de ordenadores. Suelen ser aplicaciones que hacen un seguimiento de mensajes de texto, llamadas, fotos, que gestionan filtros y controlan la actividad online de los pequeños… Las hay de muchos tipos así que es fundamental comparar (precio, servicio y compatibilidad sobre todo). Algunos ejemplos de apps que me gustan son Parental Click, SmartMeFamily, PlayTime Kid Crono o Qustodio, por ejemplo. Te cuento más aquí.
4. Filtros de navegación web
Los navegadores (ese software que te permite pasear online) ofrecen distintas formas de filtrar las webs a las que no quieres que lleguen tus hijos. Safari, Chrome e Internet Explorer te dejan seleccionar webs y dominios que quieres bloquear. Con Firefox, por ejemplo, su aplicación Prefer:Safe reconoce controles parentales que ya estén activos en tu sistema operativo.
Se trata de restringir el acceso a determinadas páginas web. Hay muchas formas de hacerlo y cada navegador tiene su propio «modus operandi», aunque lo habitual es ir a Ajustes (o similar) y marcar los tipos de webs que quieres deshabilitar. ¿Qué conseguirás? Que cada vez que el niño -o tú, en función del usuario- queráis llegar a una web no recomendable, el ordenador os mostrará una pantalla en blanco. Claro que si el iKid es avispado y utiliza otro navegador, se acabó lo que se daba. Además, la mayoría de los padres encontramos esta opción incómoda porque nos limita nuestra propia navegación. Se utilizan diferentes técnicas de prevención: listas blancas (permitido) vs. negras (denegadas), bloqueo por palabras clave (verificación del contenido del sitio web y restricción de acceso a sites que tengan ciertas palabras -«porno», «sexo», «drogas», «matar»-). Muchas opciones permiten personalizar los criterios de severidad (¿cuántas veces debe aparecer una palabra para considerar el sitio como no apto?) e incluso seleccionar las palabras por categorías y agregando palabras específicamente indicadas por el usuario.
Este control parental sobre el navegador no sólo puede hacerse en un ordenador; en la tablet o el smartphone que use tu iKid también hay navegador. Te dejo un artículo sobre cómo bloquear webs en estos casos.
5. Navegadores infantiles y plataformas de streaming de contenidos
Los navegadores infantiles son como una mezcla entre un sistema operativo y un navegador, diseñado para niños, con juegos y webs adecuadas, e-mail y actividades adaptados. En fin, herramientas que dan acceso a páginas adecuadas para los niños y adolescentes. Tienen un diseño y características apropiadas al público menor y permiten el uso de diferentes perfiles, en función de la edad del usuario. También existen buscadores infantiles con características similares. Algunos navegadores infantiles son Tweens Browser, Kido’z, Zoodles, Magic Desktop (sólo Windows) y Kidbox.
Y como el streaming de videos forma ya parte cotidiana de nuestras vidas, para los más pequeños hay también funcionalidades de control parental en YouTubeKids y en Netflix, por ejemplo.
6. Router y servidores DNS
Sobre el router, ya hablamos (y mucho, lo sé) hace tiempo. Ejerciendo el control parental desde esta puerta digital a nuestra casa, los padres podemos filtrar los contenidos accesibles de todos los dispositivos conectados y determinar límites de tiempo de conexión. Con ciertos modelos de router podremos limitar las horas de uso a internet para nuestros hijos, por ejemplo, o filtrar los contenidos que pueden ver. Marcas como Linksys y Belkin acostumbran a disponer de control parental incorporado.
La mayoría del software de control parental y de seguridad disponible en el mercado permite incorporar filtros al router, pero además están los sistemas mediante filtrado por servidores DNS (sistema de nombres de dominio), que son una solución interesante porque se puede aplicar a la totalidad de dispositivos y sistemas operativos de la casa. Ejemplo de servidor que realiza esta función es OpenDNS, entre otros, y configurarlo no es que sea sencillo, pero oye, yes we can.
7. Dispositivos
Algunos smartphones y tablets traen de serie un control parental básico, así que siempre hay opciones para evitar acceder a ciertas compras o juegos o a ocultar funcionalidades que no quieres que los iKids vean. Aquí puedes ver cómo activar el control parental en el iPhone y iPad, por ejemplo. Además, te recomiendo que tengas en cuenta la posibilidad de crear cuentas familiares en las que los iKids estén identificados como menores, para que seas tú quien realice las descargas de apps y así darles una autonomía digital similar a la que les des en «el mundo real». Con Apple puedes hacerlo ya y el Family Link de Google llegará a España, previsiblemente, en los próximos meses.
En las consolas también hay control parental (ejemplo aquí de la Play 4), pero nada como activar el código de acceso, para que resulte más sencillo gestionar los momentos en los que los iKids utilizan videojuegos.
Existen en el mercado otras soluciones, que son dispositivos físicos también, que aportan novedades interesantes: mis favoritos son Fing (no es control parental per se, pero realiza funciones en ese sentido) y Circle with Disney. Conectan con los smartphones-tablets que haya en la casa y cumplen el cometido que tú hayas decidido pedirles (límites de horario son los que más me gustan con los iKids pequeños).
8. Tú
Pues sí… Los padres -nuestro ejemplo, el diálogo, las normas, las aficiones…- somos el mejor ‘control parental’. Se trata no tanto de MONITORIZAR como de GUIARLES y ACOMPAÑARLES.
En mi casa, con mis iKids, pruebo muchas cosas pero lo que mejor funciona es:
- control tecnológico para limitar el acceso a la wi-fi
- ayudarles a entender los tiempos y las normas
- generar confianza para que me cuenten lo que les gusta o preocupa
- equilibrar la autonomía con la supervisión
- combinar sus aficiones offline con su uso de pantallas
- y crear momentos compartidos de uso de la tecnología.
Así que:
Puedes pedir ayuda al control parental tecnológico para:
- que no se descarguen apps sin qué tú lo sepas;
- que no les funcione la wi-fi por la noche;
- que haya cuenta atrás de tiempo de uso;
- que no puedan activar la consola si no estás en casa.
PERO
El control parental tecnológico:
- no evitará al 100% que se encuentren contenidos delicados;
- no evitará que alguien les haga sentir mal;
- no les ayudará a saber gestionar su tiempo;
- no les enseñará a auto-controlar sus impulsos.
Queremos protegerles, pero no podemos tener la garantía de que todo sea estupendo en sus vidas. Así que mejor prepararles para que gestionen problemas y conflictos, en lugar de evitarles todos los sustos o querer espiar sus sentimientos. Hablar, hablar y hablar nos acerca mucho más a nuestros hijos.
Besos,
M.
Saludos! Andaba buscando una guía tan exhaustiva como esta. Lo cierto es que mis niños, a pesar del control parental, conocen formas de saltárselo. Por lo que es mucho mejor orientar la educación hacia algo proactivo y previsor, en vista de que, en la escuela, sus compañeros los incitan a seguir explorando las profundidades de internet. En mi caso, un acercamiento y conversación con mis hij@s es el mejor método: entendimiento. Ahora, el control parental sigue activo en todo momento por si acaso. enhorabuena por el blog: trata un tema de vital importancia (y pocos lo tratan. por cierto).
Gracias por tu comentario! Me alegro de que te sirvan los contenidos. Hay una entrada antigua sobre “cuando tus hijos se saltan el control parental” que te recomiendo leer 😉 Y con cualquier cosa, me escribes. Un abrazo!