¿Qué significa ser buena madre en la era digital?
La edad que tengan los iKids cuando les demos móvil, que recurramos más o menos a una tableta para entretenerlos, las horas de videojuego o pantalla que permitamos, que nuestro iKid cometa un error digital o viva una experiencia negativa en redes, lo que hagamos nosotras en esas redes, cuánto utilicemos los dispositivos, cuánta tecnología tengamos en casa… Cosas como estas se utilizan para calificar a las madres (y a los padres). No es que lo hagan solo los demás; es que nosotras también utilizamos la tecnología para juzgarnos -e incluso ‘vendernos’- como madres.
La sociedad parece decirnos que si nosotras somos super responsables en nuestra vida digital -no compartimos demasiado en redes, no nos distraemos con el móvil, no nos abandonamos a un atracón en Netflix, no les ponemos vídeos para tomar un café en silencio-, entonces es que lo estamos haciendo bien. Nos dice que si nuestros iKids son los últimos en tener móvil, o apenas ven la tele, o jamás tienen un dispositivo en sus manos cuando vamos a un restaurante, o no navegan por Internet o no publican selfies en redes sociales… entonces es que somos buenas madres.
Y ya está. Cualquier otra cosa no importa. Ser madres en la era digital parece reducirse a proteger de los daños que la pantalla inflige, de los riesgos que Internet provoca. No importa si llevas a los iKids al parque todos los días antes de una hora de consola, si haces manualidades con ellos después de ducharte mientras ven un vídeo en YouTube. No importa si hablas hasta la extenuación sobre respeto, paciencia, responsabilidad… porque, si tus adolescentes están redes sociales, todo lo que vean será perjudicial y la comunicación familiar no servirá de nada. No importa si trabajas hasta las 8 de la tarde y si tus hijos salen del colegio seis horas antes. No importa si estás en paro o sufres una depresión, si estás separada o si la culpa o la inseguridad te consumen. No importa si sabes configurar el router, trabajas en ciberseguridad o eres experta en privacidad, psicología o programación. No importa si, más allá de las pantallas, estás educando en valores, desde los límites y el ejemplo. No importa si uno de tus iKids sufre una discapacidad, si tienes un adolescente rebelde, si vives en un barrio marginal. No importa si tienes dos iKids o seis. No importa si pones muchas normas a las pantallas, pero ninguna en la convivencia.
Eres considerada buena madre -tecnológicamente hablando- si todos en tu casa cumplen los cánones de poco tiempo, mejor tarde que pronto, compartiendo poca información y siendo, básicamente, perfectos. Entendiendo como ‘perfecto’ estar siempre seguro y ser siempre feliz, no cometer errores y, en general, cualquier cosa parecida a la infancia y adolescencia de hace treinta o cuarenta años.
Ojalá fuera tan sencillo. Ojalá no fueran tan cortos los titulares, tan extremistas los mensajes, tan definitivos los consejos y tan predominantes los prejuicios.
Ojalá no pensáramos que lo único importante de vivir hoy en día radica en cuánto tiempo o a qué edad usemos tecnología, sino en con qué intención lo hacemos, con qué conciencia de entorno y connotaciones, acompañando a qué otro tipo de experiencias, desde qué tipo de carácter y con qué valores.
Podcast con el Club de MalasMadres sobre familia y tecnología
Hay muchos aspectos que definen con más profundidad la relación (puntuación) madre-iKid en la era digital que el tiempo, la edad o la protección: los valores de la familia, el poder del ejemplo, los niveles de comunicación, las experiencias compartidas, la voluntad de aprendizaje o adaptación, el carácter… Por no hablar de lo que rodea a todo eso: circunstancias, contexto socio-económico o laboral, nuestra salud, nuestro tiempo, nuestra formación, nuestras ganas, nuestras prioridades en cuanto a qué batallas luchar.
Sobre algunos de estos temas hablo con Laura Baena en este episodio del podcast del Club de MalasMadres, titulado «Educar en el buen uso de la tecnología«. Hablamos de culpa, conciliación, híper-productividad, aspectos negativos de la tecnología… y también de tiempo de pantalla, bienestar digital y conversaciones importantes.
Si quieres ESCUCHARLO, pulsa sobre la imagen:
Y si quieres VERLO, aquí tienes el vídeo:
Todo lo ‘digital’ ha desencadenado un nuevo ritmo frenético, con nuevos conflictos y nuevos peligros. Sumado a eso, no cabe duda de que Internet no está diseñado expresamente para iKids, y no cabe duda de que dispositivos y contenidos ni son inocuos ni nos harán más listos o mejores personas.
- Una cosa es considerar que todas las familias somos iguales y que todas las experiencias -digitales o analógicas- van a suponer lo mismo para todas las personas… y otra muy distinta entender la tecnología que ponemos al alcance de nuestros hijos, tomar decisiones coherentes desde la responsabilidad -y desde cierta flexibilidad-.
- Una cosa es educar desde los sermones nostálgicos, las alegorías apocalípticas o la micro-gestión del tiempo de pantalla, y otra muy distinta es conocernos nosotros y conocer a nuestros iKids, pensando más en lo que queremos que pase que en lo que no queremos que pase.
- Una cosa es dejar a niños y adolescentes abandonados a su suerte delante de una pantalla, darles un móvil como si supieran usarlo, no tener ni idea de qué hacen o cómo viven su relación con la tecnología, y otra muy distinta es ivir en familia desde la cercanía, la confianza, la comunicación, la información… y un poquito de sentido del humor. Todo ello aplicado también al mundo digital, que no es un departamento estanco de la vida sino una prolongación de ella.
Una cosa es intentar ‘hacerlo bien’ y otra cosa es aspirar a ser perfecto, sobre todo si la medida de la perfección la marcan otros.
Una cosa es culpar a la tecnología de todos los males y otra cosa es entender que la tecnología lo que hace es abrir canales a situaciones que nacen de circunstancias y decisiones totalmente marcadas por lo no digital.
Espero que os guste mi conversación con Laura.
Besos,
M.
PD. Algunos posts que quizá resulten interesantes a propósito de todo esto.
- Ejemplos de conversaciones con adolescentes.
- Ejemplos para gestionar el tiempo de pantalla.
- El fabuloso poder de una madre conectada.
- Ideas para dar ‘buen ejemplo‘ digital.
- Resumen del libro ‘Ser padres en la era digital’.
- Reflexión sobre el papel de las madres, a partir de un estudio de 2018: en niños pequeños, por debajo de 6 años, la mayor influencia sobre el tiempo de uso de Internet que hagan los iKids proviene de las reglas o la compañía de las madres. Al empezar el colegio, se observa que los padres (ellos) incorporan un mayor protagonismo. En general, la evidencia de investigación nos dice que esta implicación de las madres en la educación digital es mayor que la de los padres en todas las edades.