Supervisión de la vida digital de nuestros hijos – estudio @pewresearch 2016
Que nuestros hijos son lo que se llama «early adopters» ya lo sabemos. No sólo (como buenos niños) tienen cero problemas a la hora de probar algo nuevo, sino que además les gusta. Sepan o no, prueban. Por si acaso les entretiene. En el caso de la tecnología, de Internet, los buscadores, los videojuegos y las redes sociales, son también usuarios naturales. Interpretan lo virtual como algo normal, una parcela más de su día a día. No han tenido que adaptarse ni formarse. Lo digital viene en el pack de ir creciendo.
La extendida adopción de la tecnología digital por parte de niños y adolescentes ha añadido un elemento adicional de reto y preocupación al ya de por sí difícil trabajo de ser padre. Y quizá la principal necesidad para cualquier familia consista en encontrar el equilibrio entre permitir una exploración independiente de Internet y proporcionar al mismo tiempo un nivel adecuado de seguimiento paterno que garantice la seguridad del iKid mientras aprende a gestionar los problemas y conflictos de la vida (online y offline).
A los padres nos preocupa cómo se comportan nuestros hijos cuando se relacionan con otros a través de la red (pongamos a partir de los 12 ó 13 años, aunque muchos empiezan a hacerlo antes a través de chats o mensajería móvil). Nos preocupa con quién se relacionan y nos preocupa qué tipo de contenidos ven. Pero es que no sólo somos los padres los que entendemos (o deberíamos entender) la necesidad de educar a nuestros hijos en lo digital, sino que expertos en todo tipo de campos (Derecho, Tecnología, Educación…) hablan a diario de seguridad online, de cyberbullying y privacidad, y de cómo todo esto afecta a los niños y sobre todo a los adolescentes (porque ellos ya navegan con más libertad que los que, aunque con contacto con dispositivos, no llegan aún a relacionarse con nadie).
No sé si eres esa madre que tiene apps de control parental o ese padre que incorpora filtros a la navegación digital en casa. No sé si haces alguna revisión del historial web de tu hij@ y no sé si alguno de tus iKids ya está en redes sociales y tú sabes sus contraseñas y además lo sigues. Lo que sí sé es lo que algunos padres (norteamericanos) hacen de forma cotidiana para saber cómo, dónde y con quién se mueven sus criaturas cuando, incluso sin salir de casa, se conectan con el mundo a través del portátil o el móvil.
Estudio Pew Research Center: Parents, Teens and Digital Monitoring
Acaban de presentarse los resultados de una encuesta realizada a padres de niños de entre 13 y 17 años en la que se analizan las distintas acciones que ejercen los ePadres para monitorizar las vidas online de sus iKids. La firma Pew Research Center y la coordina Monica Anderson, y es un paso más para informar y animar a que se eduque a los niños de hoy en un uso adecuado y responsable de la tecnología. Es un informe breve, fácil de entender y dividido en dos bloques: cómo controlan los padres la actividad digital de sus hijos y cómo establecen un diálogo con ellos sobre qué deben hacer o no en Internet.
Siguiendo algunas de las recomendaciones y palabras clave que siempre suelo mencionar cuando hablo de ePaternidad proactiva y responsable, os resumo algunas de las conclusiones del estudio.
Normas: se normaliza cada vez más la tendencia de implantar normas para el uso de la tecnología. Más de la mitad de los padres (55%) limita el tiempo o la frecuencia de conexión. Además, la tecnología es algo tan importante para los adolescentes de hoy que los padres incluso la utilizamos para castigar. Conozco amigos que, ante determinadas situaciones, castigan a sus hijos sin iPad o sin móvil o sin videojuegos… ¿Tú no? El estudio de Pew Research revela que un 65% de los padres les retiran los «privilegios de Internet» como castigo.
Control Parental: a la hora de controlar qué hacen los iKids en Internet, Pew concluye que, en general, se toma una actitud proactiva: el 61% de los padres revisa el historial de navegación, el 60% chequea los perfiles en redes sociales de sus hijos; el 56% los sigue en Facebook o Twitter, por ejemplo; y el 48% declara haber mirado la relación de llamadas o mensajes en el móvil de sus hijos. Pero incluso aunque se apliquen este tipo de medidas, los padres no suelen recurrir a alternativas puramente tecnológicas para hacer el seguimiento (apps, paquetes software de control parental, filtros…). Menos de un 40% de los progenitores lo hace. Y son los padres más jóvenes los que suelen estar más pendiente de los hábitos online de sus hijos, incorporando también herramientas tecnológicas para saber por dónde navegan o con quién se relacionan o para limitar accesos; dos terceras partes (68%) de los padres menores de 45 años chequean con más frecuencia las webs que sus hijos visitan, frente a un 53% de padres de mayor edad. Y también los padres más jóvenes controlan más los perfiles en redes sociales (66% vs. 53%), utilizan controles parentelas para bloquear, filtrar o controlar actividad (44% vs. 34%); o revisan la actividad del móvil de sus hijos (55% vs. 41%).
Contraseñas: casi la mitad de los padres (48%) conoce las contraseñas de mail de sus hijos; un 43% sabe además las contraseñas de móviles y un 35% las de perfiles en redes sociales. La edad de los hijos influye en este punto; cuando más pequeños son, más frecuente es que los padres conozcan las contraseñas. Con hijos de entre 13 y 14 años, un 54% de padres las conoce; cuando tienen más de 15, el porcentaje baja a un 44%.
Seguirles en redes sociales: algo menos de la mitad de padres (44%) son «amigos» de sus hijos en Facebook, por ejemplo. Y se cita esta red porque es en la que con más frecuencia coinciden las dos generaciones (dentro de la muestra de la encuesta, el 72% de los padres y el 71% de los adolescentes tienen perfil).
Diálogo: según el estudio, la gran mayoría de padres trata de ser proactivo a la hora de evitar problemas, hablando con sus hijos sobre qué es aceptable o no a la hora de publicar, compartir o comentar online. El 94% de los padres afirma haber hablado con sus hijos del tema y un 40% dice que lo hace con frecuencia. Lo hacen más los padres con hijos más pequeños, pero se sigue hablando menos sobre este tema que sobre comportamiento en casa o en el colegio. Y cuando se habla, ¿de qué se habla? 4 de cada 10 padres explican a sus hijos qué deberían (o no) compartir online; un 39% les habla sobre contenidos online; un 36% conversa sobre televisión, música, libros, revistas y otros medios más o menos apropiados a la edad de sus iKids; y un 36% habla sobre conducta online o netiqueta.
Y son las madres las que con más frecuencia tienen estas conversaciones, que por otra parte se dan más en hogares con menos recursos y con padres de menos formación.
Uso (por parte de padres) de la tecnología: Los datos de esta investigación dicen que entre padres de adolescentes de 13 a 17 años, un 94% tiene ordenador propio; un 76% tiene smartphone; un 72% tiene cuenta en Facebook y un 84% navega al menos de vez en cuando usando un dispositivo móvil.
Estar en contacto: para la mayoría de los padres, el móvil es el principal medio para localizar a sus hijos: un 49% lo hace con mensajes, otro 41% con llamadas. Los padres NO solemos enviar mensajes a nuestros hijos a través de redes sociales (apenas un 2%) y tampoco solemos enviarles un e-mail (1%).
A mí saber todo esto me parece fundamental. No por dar lecciones ni por explicar nada. Sino por conocer tendencias y situarse en un sitio concreto desde el que seguir aprendiendo. Tener datos sobre las costumbres de los padres a la hora de educar a sus hijos en la convivencia responsable y positiva con lo digital es necesario. De momento tenemos que conformarnos con porcentajes de otros países. Pero seguramente llegarán análisis españoles para saber más no sobre ciberbullying o peligros o adicciones, sino sobre cómo conocer lo que hacemos para empezar a hacerlo mejor en caso necesario. La ePaternidad es un imperativo, ya no es una opción.
Tenéis el informe completo en la web de Pew Research y los datos sobre metodología y muestra aquí.
Bss,
M.
PD. Todos los gráficos proceden del informe original de Pew Research Center, disponibles en su página web.