Yik Yak llega a España y no es para adolescentes, así que…
Yik Yak llega oficialmente a España. Ya te la puedes descargar de las tiendas de apps. La aplicación geosocial ha sido lanzada en nuestro país y permitirá que sus usuarios estén conectados y compartan intereses comunes. En el post sobre las apps móviles que más usan tus hijos hablamos en su momento de Yik Yak. Y lo que contábamos era que «es una aplicación que permite enviar mensajes cortos y anónimos, que se extienden a otros usuarios en un radio de varios kilómetros en torno del remitente. Esta aplicación fue diseñada especialmente para ser utilizada en los campus de las universidades«.
En fin. Yik Yak es una aplicación que te instalas en el móvil y que te permite comunicarte o participar de una comunidad de usuarios que se encuentren geográficamente cerca. Se caracteriza también porque sus usuarios pueden decidir ser anónimos y comentar lo que quieran. Su principal audiencia en origen son los estudiantes universitarios, aunque tiene también su atractivo para adultos; y, por supuesto, la realidad es que son muchos los adolescentes que la utilizan. Por eso y porque, como con casi todo, un mal uso es un problema, te cuento:
5 cosas que debes saber sobre Yik Yak
Fuente: Yik Yak
1. Su (buen) uso: como ya hemos dicho, la app permite poner en contacto a todas las personas en un radio de catorce kilómetros de manera anónima, enviando mensajes a usuarios cercanos. Al principio la aplicación no era más que un muro en el que poner mensajes, pero con el tiempo se ha desarrollado con nuevas características como perfiles y chats, que han permitido estrechar lazos para que los miembros de la misma comunidad sepan lo que está pasando en tiempo real.
«No se trata de un nuevo competidor en el mercado, sino de un complemento en el que poder conocer los mejores rincones de una ciudad o poder reunirte con gente que quiera realizar una misma actividad, ya sea ir de excursión, visitar un museo o tomar un café«, explican desde la compañía. Para estudiantes resulta útil porque pueden pedir apuntes, compartir preocupaciones e ideas de manera anónima -en caso de que no quieran dar a conocer su identidad-, recomendarse cosas…
2. Cómo funciona: al abrir la aplicación, ves mensajes anónimos que otros usuarios cercanos geográficamente han mandado. Es decir, no ves un muro con lo que dicen tus «amigos» como en Facebook o con lo que publican aquéllos a quienes sigues como en Instagram. Ves comentarios de personas que están por tu zona, las conozcas o no, sean de tu edad o no. Para crearse un perfil, no se exige ningún dato salvo el nombre de usuario, que puedes elegir libremente. Y te piden el número de móvil para la verificación en dos pasos de la cuenta. Hay dos tipos posibles de usuarios: los anónimos y los que usan un perfil. La app ofrece además un sistema automático de reporte de contenido inapropiado, que bloquea una cuenta si son varias las notificaciones recibidas. Finalmente, existe lo que se conoce como «votación»; los usuarios pueden votar un comentario para hacerlo más popular.
Palabras destacadas: chats (puedes conversar de manera privada con otros usuarios), canales temáticos (con temas de interés), mi comunidad (permite a los usuarios seguir en contacto aunque ya no estén en el lugar que comparten) y Top Yaks (muestra de un vistazo los temas más comentados en la aplicación).
Fuente: Yik Yak
3. Edad: las normas de uso de la aplicación especifican claramente que su uso está dirigido a mayores de 18 años. Y por eso, sus creadores se esfuerzan constantemente, por ejemplo, en desactivar el funcionamiento por geolocalización de la app en entornos cercanos a escuelas (de hecho, puedes solicitar tú mismo que en el entorno de un colegio se desactive la funcionalidad básica de la app). Pero eso no impide que los usuarios menores se creen perfiles. De ahí que exista un apartado (en inglés) en su web con información para padres y educadores.
Como decía uno de los creadores de la app, «fuimos unos ingenuos. Creamos la aplicación principalmente para estudiantes universitarios. Usar la aplicación de la forma en la que pretendíamos que se usase requiere cierta madurez y responsabilidad«. Y es que si los menores se descargan la app, también pueden opinar y compartir, sin especificar quiénes son. Problema. Ha habido muchos problemas. Pero no problemas de Yik Yak, sino de la gente que aprovecha ese anonimato para insultar o hacer daño.
4. Anonimato: Yik Yak se basa fundamentalmente en que puedas comentar de forma anónima (aunque puedes elegir crearte un perfil personal). De ahí que la app tenga muchos detractores, que consideran que fomenta el acoso.
Para nuestros hijos, que no perciben una frontera real entre su vida offline y su vida online, comentar-compartir-descargar-opinar en formato digital forma parte de su día a día. Es muy importante hablar con ellos y explicarles que detrás de las pantallas hay personas y que, pese a que con el móvil no estás cara a cara con alguien, lo que digas o comentes tiene consecuencias. Cuando no quieren dejar ese rastro, buscan el anonimato y se sienten fuertes para opinar. Lo mismo sucede con los adultos, pero en el caso de nuestros iKids, es nuestro deber educarles para que entiendan que ese anonimato no debería dejarles hacer cualquier cosa.
Fuente: Yik Yak
5. Geo-localización: esto casi siempre es un tema delicado. Lo es con PokémonGo y lo es en casi cualquier red social. Si nuestros iKids menores de edad usan una app, ¿por qué necesitan que alguien pueda saber dónde están? Si te descargas una aplicación, ¿por qué necesita que se active tu geo-localización? Si la aplicación es sólo para encontrarse, puedo entenderlo. ¿Pero en el resto de casos?
En la mayoría de las apps y redes, lo recomendable es desactivar la geo-localización. Pero en Yik Yak, si lo haces, la app pierde su sentido.
Anonimato más geo-localización más edad restringida es igual a «querido iKid que me pides descargarte esta app o querido iKid que te he pillado que te la has descargado, la respuesta es no«.
Recordatorio sobre ePaternidad
Si nos preguntan, los padres solemos saber qué es lo que les gusta a nuestros hijos. Cuando son pequeños, sus juguetes o series o amigos favoritos. Conforme crecen, sus cantantes o libros o actividades o deportes preferidos. Es lo que tiene convivir con tu prole, que no puedes evitar enterarte de casi todo. Luego ya, cuando alcanzan esa maravillosa edad en la que su misión vital es evitarte, ignorarte y rebelarse, la cosa cambia. Pero hasta entonces, normalmente los padres estamos «on».
Con Internet y con el acceso de nuestros hijos al universo digital a través de tabletas, smartphones, ordenadores y consolas, nos estamos quedando un poco «off». Pero no pasa nada. Nunca es tarde para empezar a ponerse al día. Habrá que enterarse de en qué consiste su videojuego favorito o preguntarle qué videos busca con más frenesí en YouTube o averiguar si le entretiene más Snapchat o Instagram. Habrá que saber qué apps tiene instaladas (o mejor aún, ser tú quien autorice que pueda descargarse esas apps). Habrá que monitorizar sus primeros pasos en redes sociales o, antes aún, sus primeros pasos en comunicación digital (su correo electrónico, por ejemplo, o sus mensajes). Habrá que estar ahí, pendientes, también de esto. Y habrá que leer sobre las novedades. Hoy tocaba eso.
Bss,
M.
